Con 37 años recién cumplidos, Francisco Javier Carrasco Ramírez es uno de los técnicos de pista españoles más jóvenes, y con menos tiempo en el cargo. No obstante, en apenas catorce meses ha llevado a la selección de Madrid a lo más alto, aunque como reconoce “he tenido la suerte de poder trabajar con un grupo excepcional”. No obstante, su pasión por la pista se transmite plenamente en su trabajo.
-¿Cuál es su experiencia como ciclista?
-Empecé en escuelas, en el equipo de mi pueblo, el Club Ciclista Guadarrama, quizá por ver correr a mi hermano, José Antonio, que es cinco años mayor, aunque mi padre también montaba. Fui campeón de Madrid en varias categorías y así fui pasando por juniors, aficionados y llegué hasta las puertas del profesionalismo. La primera vez en 2009, con el Andorra-Grand Valira, pero por el tema de la reglamentación, que necesitaba un mínimo de ciclistas del país, me tuve que quedar en el equipo filial amateur y luego desapareció, aunque ese año corrí muchas pruebas con la selección. La segunda, en 2011, con el KTM, pero tampoco tuvo mucha historia. Así que lo dejé y me puse a trabajar, aunque seguí montando en plan hobby, aunque apenas una hora al día y no todos, y sobre todo haciendo pista.
-¿Cómo se inició en pista?
-Pues de casualidad. Acababan de hacer el velódromo de Galapagar y aún no lo habían cubierto. Ese invierno quería preparar bien la temporada de carretera, pero tenía la duda si hacer ciclocross o pista. Y al final me decidí por el velódromo. El caso es que me presenté en el Campeonato de Madrid, en Alcalá y corrí contra dieciséis ciclistas del Sanse y los gané. Me vino Juan Carlos Castaño, que entonces era el técnico de Madrid, y me explicó un poco como iba lo de la selección. Y así comencé a hacer pista, por no estar parado en invierno.
-¿Qué recuerdo le ha marcado más como corredor de pista?
-Sin duda me quedo con el Campeonato de España de scratch que gané en Tafalla, creo que fue en 2005. Luego corrí el Europeo en Fiorenzuola y también tuve una gran actuación en scratch, ya que iba escapado con cinco, pero nos cogieron a falta de dos vueltas.
También me acuerdo del subcampeonato de ómnium que obtuve en 2019 detrás de Albert Torres. Ese año había podido entrenar más tiempo en Navidad, y sabía que llegaba bien, aunque no sabía si tendría nivel para estar ahí, en la pelea. Tenía claro que la puntuación se me podía hacer larga y así fue. Pero me respetaron los calambres y terminé en el podio.
-¿Cómo pasó a ser técnico?
-Como te decía, salvo algunos momentos muy puntuales, he seguido entrenando y compitiendo, aunque con limitaciones. Sacamos un equipo para correr alguna prueba, aunque la pandemia nos limitó bastante. Y luego tuve que dejarlo por un problema de cervicales, que me daban mareos. Cuando pasó, me comentaron la posibilidad, y dudé un poco, porque también había tenido a la niña. Pero me gusta este mundillo y decidió echar una mano, ayudar en lo que pudiera.
-¿Qué trabajo hace ahora en la Federación Madrileña?
-Solamente el trabajo de técnico de pista. Entrenamos un par de tardes en Galapagar y luego las competiciones. Pero cuando hay eventos, como por ejemplo la Vuelta a Madrid, también echamos una mano en lo que nos dicen, como conductores o en la organización. En este sentido, creo que es muy positivo el trabajo que se está haciendo en la Madrileña, y no sólo en pista, sino con iniciativas como la Liga Multidisciplinar para que los chavales compitan en todas las modalidades, y no hagan solo carretera.
-Aparte de ciclismo, ¿qué otra actividad realiza?
-Trabajo en Specialized desde que dejé la bicicleta. Entré para unos meses y aún sigo. Es un trabajo que me gusta, que me permite estar relacionado con el mundillo, sobre todo estar enterado de las novedades. ¿Montar en bici? Pues lo intento algún día, sobre todo el fin de semana, o si no, rodillo. Pero entre el trabajo, la Federación y la niña… Pero no descarto competir en algún Mundial master en el futuro. Otros años he aprovechado los días de vacaciones para ir a algún evento de pista, en Anadía, en Apeldoorn, en Italia… Lo mismo puedo hacer otro año, pero corriendo.
-¿Cuál es su momento favorito cuando trabajas como técnico?
-Cuando empiezas con los chavales, para que los corredores vayan aprendiendo, para que mejoren técnica o tácticamente. Como suelo decir, intentar ayudar al corredor y no perjudicarle, que es un poco mi filosofía. Por ello te queda una satisfacción cuando saben aplicar lo que le has enseñado, que sepan hacer lo que tienen que hacer. No puedes dar pedales por ellos, por lo que las piernas llegarán hasta donde lleguen en cada caso.
-¿Cuál es su disciplina favorita?
-Cuando corría, el scratch, porque se me daba bastante bien. Y por supuesto la persecución, por lo que supone de trabajo de equipo. Recuerdo mucho la cuarteta que tenía con mi hermano, con Castaño y con Minguito. Ahora como técnico, la madison, porque es una prueba que tiene mucho que controlar. Y como te decía antes, es bonita para preparar y entrenar, porque si controlas los tempos de la carrera puedes ganar, aunque no seas el más fuerte
-¿Qué recuerdo le ha marcado como técnico?
-El Campeonato de Galapagar del año pasado. No sólo por los resultados que tuvimos, lo que era fácil por ser un grupo muy bueno, con mucha calidad y compromiso. También porque se hicieron bien las cosas. Este año sé que va a ser imposible estar a ese mismo nivel, pero estamos trabajando con muchas ganas.
-¿Un corredor o corredora al que haya dirigido y le haya dejado huella?
-Como te decía, en Madrid se está trabajando bien desde la base, y con una gran hornada: Rafa Martínez, Rubén Sánchez, Mario Anguela, Álvaro Navas, Izzy Escalera, Eva Anguela, Almudena Morales… Y que están progresando bastante. Todavía es pronto para saber quienes llegarán a lo más alto, pero me sorprende Mario por su tranquilidad, por controlar muy bien todas las situaciones. E Izzy, por su profesionalidad, porque viene de otra escuela.
-¿Y un técnico que le haya marcado hayas trabajado o no con él?
-Te puedo decir bastantes, porque de todos he aprendido. Por un lado, a Cabrero y Castaño, porque fui con los que empecé, y teníamos un gran ambiente. También con Didac Navarro, porque me llevó a la selección. A Jaume Mas no le he tenido como técnico, pero por lo que he hablado con él y lo que he visto, es un técnico de un gran nivel. Ahora hay un grupo muy bueno trabajando en las selecciones autonómicas, pero te destacaría a Jaume Barber, de Valencia.
-Y para terminar, y sin extenderse –que el tema da para mucho- ¿qué haría para mejorar la pista?
-Conocí la pista cuando se disputaba la antigua Liga y había cinco o seis competiciones cada año y en las que corría todo el mundo. Esa tiene que ser la clave, darle más importancia a la competición nacional. Las Territoriales están trabajando bien, pero falta esa competición que permita que los mejores puedan enfrentarse entre ellos, que les sirva de aliciente y que ello les sirva para mejorar. Y de ahí que salga algo.