Más de la mitad de triunfos del Movistar llega por Alejandro Valverde. Hay que admitir que en el equipo son maestros del lenguaje. Estirarlo y estirarlo hasta vender la realidad que a ellos les interesa trasladar. Y no es mala cosa, no es recriminable, aquí cada uno muere con sus argumentos, hasta el final, con su convicción.
Nosotros lo hacemos, y buenos golpes nos ganamos. Pero al margen de todo eso, hay que admitir que tanto Eusebio Unzue, como sus chicos de prensa lo venden bien, incluso a riesgo de que el mensaje chirríe. Porque decir que el año del Movistar ha sido malo sería faltar a la verdad tanto, como decir que ha sido muy buena. Porque la verdad es que podríamos decir que aún siendo buena, ha acabado siendo muy mejorable, por muchos aspectos.
Y quizá el primero y más relevante, que en las 26 victorias contabiliza el equipo, más de la mitad hayan sido firmadas por Alejandro Valverde. Que el murciano es único, que no habrá uno como él en tiempo, que crece y crece según cumple años, no lo ponemos en duda, pero que apoyar el balance en un ciclista de 38 años es peligroso no parecela mejor receta para perdudar. Mirar el balance celeste más allá de su jefe es preocupante, sobre todo porque lo que se vende respecto a lo que acaba logrando.
Mikel Landa y Nairo Quintana por lo que sea han acabado lejos de lo previsto y lo peor es que, desde Oscar Pereiro, no cae un Tour en el haber de un equipo. Es más la sensación de que Unzúe logre nuevamente su ansiado Tour es más una quimera que otra cosa. Y sí, es cierto, el Tour lo gana uno, pero quizá por eso modular el mensaje en las presentaciones de pretemporada sea lo más sensato.
Artículo completo en El Cuaderno de Joan Seguidor
Falta nombrar a Carapaz, hizo un gran giro y parece que ni si equipo ni la prensa en general lo valora como es debido.