Del camino cada vez más despejado que reflejábamos ayer para los fondistas españoles, Sebastián Mora y Albert Torres, pasamos, desgraciadamente a la situación radicalmente distinta para las féminas, en concreto para las hermanas Usabiaga, una de las cuales -Ana o Irene, tanto monta, monta tanto- estaría llamada a ser nuestra representante en Tokio en la prueba de ómnium, siempre que lograse la clasificación, que se ha complicado bastante a tenor de lo sucedido la semana pasada en Apeldoorn.
Como decíamos en el primer capítulo, la persecución por equipos es la primera puerta de entrada, reservada a los ocho mejores equipos del ranking y que, además, estarán presente con dos de sus corredoras en la madison. Gran Bretaña (8.100 puntos), Australia (7.880), Nueva Zelanda (7.380), Italia (6.840), Canadá (6.810), Alemania (6.390) y Estados Unidos (6.330) siguen siendo las primeras siete naciones, como sucedía tras el Mundial, a las que se le ha unido Corea del Sur (5.310), que ha desplazado a Bélgica (5.220) que está ahora a las puertas, como sucede con Francia (5.190). Bonito duelo nos espera entre estas tres naciones.
Además de estos países, los ocho mejores -distintos- en el ranking olímpico de madison podrán presentar un equipo, sin que sea necesaria que haya representación continental. Dinamarca, Países Bajos, Bélgica, Rusia, Francia, Polonia, Japón e Irlanda completarían esa participación máxima es de 16 duplas, que solamente difiere respecto a nuestro análisis de primavera en la salida de Ucrania debido a la referida presencia de Corea por el criterio anterior.
Y así llegamos al ómnium, la única prueba que puede tener presencia española y sobre la que ya hemos hablado en ocasiones anteriores. Como ya hemos expuesto, la participación en este ‘hexatlón’ se puede lograr estando entre las ocho mejores naciones en el ranking olímpico de madison, que son a día de hoy Dinamarca, Australia, Gran Bretaña, Países Bajos, Italia, Bélgica, Rusia y Francia. Una vía imposible para las españolas.
Por tanto, hay que buscar la clasificación para Tokio entrando entre las trece mejores naciones en el ranking olímpico de omnium -distintas a las anteriores-, que podrán presentar una ciclista, para totalizar 21 participantes, aunque en este caso si un continente no tiene ninguna representación en las pruebas de fondo podrá presentar a una corredora, que tomaría la plaza asignada por dicho ranking. Son Estados Unidos (3.650 puntos), Japón (3.350), Canadá (2.990), Nueva Zelanda (2.450), México (2.435), Polonia (1.945), Irlanda (1.815), China (1.800), Portugal (1.785), Bielorrusia (1.560), Suiza (1.500), Lituania (1.500) y Taipeh (1.495), aunque realmente esta última plaza sería de Egipto (600), de Sudáfrica (540) o incluso de Marruecos (450), según sea el Campeonato Africano -ese del que aún no se sabe ni dónde ni cuándo- el que determine quién de ellos queda más adelante en este ranking UCI.
Respecto a marzo, algunos cambios significativos, como es la entrada de Bielorrusia entre las elegidas, merced a la gran actuación de Tatsiana Sharakova en Apeldoorn, aunque, reglamento en mano, no podría sumar puntos en la Copa del Mundo. Otra cosa es que se “flexibilicen” las normas, como sucedió el año pasado.
Noruega (1.330), España (1.210) y Hong Kong (1.120) son los países que están inmediatamente detrás de los elegidos, pero con una brecha que se ha ampliado sensiblemente tras ese jarro de agua fría en el Europeo: Nuestra ciclista -sea Ana, sea Irene, sean las dos alternativamente-, tendría que recortar los 290 puntos que nos separan de Lituania o Suiza para estar en Tokio 2020, aparte de adelantar a Noruega, 120 puntos por delante. No es tarea fácil, pero tampoco imposible.