Ha encadenado unas cuantas primaveras –la parte del año en la que más se espera de él y en a que ha construido la mayor parte de su palmarés– sin poder estar al mejor de sus niveles. No ha sido por dejadez o por una evidente falta de preparación, sino por caídas e infortunios varios que, simplemente, le han apartado de sus citas fetiche. Por ello, Tom Boonen, a sus 34 años, sigue siendo una especie de incógnita. La pujanza de la nueva generación de clasicómanos es algo evidente, pero todavía ninguno de ellos ha tenido la suerte –o la desgracia, según se mire– de tener que enfrentarse a uno de los mejores corredores de carreras de un día de la historia del ciclismo. Por ello, nadie sabe a ciencia cierta, seguramente ni tan siquiera él mismo, si en igualdad de condiciones ‘Tornado’ Tom podría poner en serios aprietos a esta nueva hornada de ciclistas.
Cuando el pasado día 9 de marzo dio con sus huesos en el suelo en una insulsa etapa de la París-Niza mientras preparaba una temporada de clásicas para la que llegaba extraordinariamente motivado, muchos pensaron que ese sería el principio del fin del belga. Se llegó incluso a especular que, al igual que sucediera hace ahora un año con Andy Schleck en el Tour de Francia, el belga no volvería a ponerse un dorsal. Él mismo no negó hasta pasado algún tiempo ese extremo y reconocía sentirse hundido anímicamente ante este nuevo golpe de infortunio.
Pero por fortuna para los aficionados –y para el ciclismo en general– esa zozobra no duró mucho tiempo y Boonen ha vuelto a correr. Ayer estuvo de visita en el Tour, esa carrera en la que ha conseguido seis etapas, un maillot verde y cuatro días como portador del maillot amarillo de líder son sus números en una carrera de la que no ha formado parte en las cuatro últimas temporadas. “¿Si lo echo de menos? En días como este [por la etapa adoquinada de ayer] sí, pero aparte de esto no. Tengo otros objetivos para este año. Me gusta poder venir de visita, pero también me alegra irme a casa al final del día” reconocía el de Etixx-Quick Step durante su intervención en el programa ‘Vive le Vélo’ de la televisión belga.
Pero, la gran pregunta que todo el mundo se hace es si Tom Boonen seguirá corriendo después de que a finales de este año expire su actual contrato y, en caso afirmativo, hasta cuándo y para quien. Hace sólo unos días era el campeón del Mundo, Michal Kwiatkowski, el que hablaba sobre la tardanza de Patrick Lefevere en dar oficialidad a la continuidad de algunos de sus corredores. Ayer Boonen hablaba sobre su futuro en los siguientes términos: “el nuevo contrato para seguir en Etixx ya está listo y redactado, pero todavía no lo hemos firmado. ¿Hasta cuándo seguiré en activo? Pues en este momento, no descarto que pueda seguir corriendo en 2017”.