Nicolás Van Looy / Ciclo21 – Enviado especial Benidorm
“Mañana dicen que va a llover”, comenta mirando un cielo completamente despejado y soleado del pasado sábado 3 de diciembre que anuncia cualquier cosa menos un día lluvioso. “Espero que no, porque he llegado ayer a la concentración y tengo ganas de trabajar con el resto del grupo”, continúa. Lo dice medio recostado en un sofá en una terraza desde la que se contemplan unas vistas de postal del Mediterráneo, como si hablara para sí mismo, ajeno al grupo de media docena de periodistas que, sentado frente a él, vamos a tener la oportunidad de conocer sus primeras impresiones tras su llegada al Katusha. “Me han dado permiso para incorporarme más tarde”, avisa. “El domingo pasado fui padre de una niña que se llama Mia y por eso he llegado ayer”. Y la llegada de esa niña no será la única gran novedad que afrontará Tony Martin (Cottbus, Alemania, 23 de abril de 1985), que ha dicho adiós al Etixx-Quick Step, equipo en el que ha militado el último lustro, para enrolarse en un proyecto completamente renovado que ha abandonado esa zona de confort que da repetir una temporada tras otra el mismo patrón para, con la llegada de Alpecin como nuevo patrocinador y la incorporación de una buena cantidad de refuerzos, presentarse con una filosofía, al menos en apariencia, completamente renovada.
Todo ello hace que “haberme marchado ahora de casa hace que todo sea un poco más extraño, pero estoy bien. Me encuentro bien. Desde el punto de vista psicológico, todo está en orden. Ya he podido completar algunas muy buenas sesiones de entrenamiento en casa y me encuentro bien”, dice, asegurando sentirse optimista de cara a la temporada que se le viene encima.
Pero su llegada, además de tardía, reconoce que le produce “un sentimiento extraño. Esa es la verdad. Veo a mucha gente nueva a mi alrededor, nuevas formas de trabajar, una organización nueva… me tengo que acostumbrar a todo. Pero, sobre todo, lo que tengo son muchas ganas de ver qué es lo que me espera. Realmente, tengo la sensación de estar ante un nuevo comienzo”.
“Creo que puedo ganar una gran clásica”
En 2016 vimos a un Tony Martin muy activo en las clásicas y, tras la consecución de su cuarto título mundial de contrarreloj, es inevitable pensar en la carrera de Fabian Cancellara, con quien comparte esa plusmarca mundialista y que, como todo el mundo sabe, ha marcado una época en las grandes clásicas adoquinadas. Preguntado al respecto, el alemán quiere ser cauto. “¡Creo que son expectativas demasiado elevadas!”, responde con una sonrisa. “Fabian es un icono de las clásicas y yo, en ese sentido, estoy dando mis primeros pasos. Quiero recorrer mi propio camino, mejorar… es cierto que soy consciente de mis posibilidades, que incluyen ganar una grande, pero no quiero ponerme demasiada presión encima”.
Además, en cuanto a su programa de carreras para 2017 reconoce que “será muy parecido al del pasado año. Empezaré centrado en las clásicas belgas. El año pasado me lo pasé muy bien allí y quiero dar un paso adelante en ese terreno. Una de las grandes enseñanzas que saqué es que me falta mucha experiencia y que tengo que aprender muchas cosas en este tipo de carreras, pero también saqué una lección positiva que es que me he dado cuenta que tengo buen margen de mejora. Tengo mucha ilusión en esas carreras y el equipo me quiere ayudar a mejorar en ellas, así que hasta el Tour de Francia mi programa será más o menos el mismo que el pasado año”.
Sin duda alguna, la gran pregunta a la que tenía que responder Tony Martin, máxime después de reconocer que quiere mejorar y sueña con ganar una gran clásica, es porqué ha decidido cambiar de aires y mutar del azul del Etixx-Quick Step al rojo del Katusha-Alpecin. En este sentido, el arcoíris de contrarreloj se muestra muy sincero y explica que “había llegado a un punto en mi carrera, tras nueve años como profesional y cinco en Etixx, en el que me dije tengo que cambiar algo. Necesito tener gente distinta a mi alrededor, nuevos aportes… ¿por qué? ¡porque soy humano! Si somos sinceros, creo que todo el mundo, cuando está siempre rodeado de la misma gente, del mismo ambiente… comienza a tomarse las cosas con menos concentración, con menos motivación… en ocasiones parece que has llegado a un punto muerto. A eso, se unió el hecho de que el año pasado no fue extraordinariamente buena y ante todo eso unido tomé la decisión de que tenía que cambiar algo”.
Martin reconoce que “los contactos con Katusha comenzaron muy pronto después de haber tomado esa decisión y me explicaron el proyecto, la manera en la que querían afrontar el futuro, los socios con los que van a trabajar… El equipo ahora ha cambiado mucho y es medio alemán. Además, siempre he deseado trabajar con Canyon. Han hecho un trabajo increíble [con sus bicicletas de contrarreloj, N.d.A.] y pueden ser un gran socio para mí. Hay muchos motivos por los que finalmente me incliné por esta opción. Si ha sido la decisión acertada o equivocada es algo que sabremos dentro de un par de años”.
“No sabía que la Canyon era mejor bicicleta que la Specialized”
Martin habla del fabricante de bicicletas alemán que deberá de sustituir a Specialized, la marca con la que ha corrido siempre. “Efectivamente, es un cambio muy importante. Seguramente, el más importante que puede afrontar un ciclista”, analiza. “Además, no debemos de olvidar que la Specialized no es una mala bicicleta. ¡He sido cuatro veces campeón del mundo con ella, así que no puede ser mala! Pero sí creo que siempre puedes hacer las cosas mejor y con Canyon voy a poder tener una muy buena relación en el ámbito de desarrollo e innovación de la bici. Son perfectos en ese sentido. Son alemanes, están a sólo una hora de mi casa, hablamos el mismo idioma… Hasta ahora, cada vez que quería reunirme con los ingenieros tenía que viajar a California y eso no siempre es fácil”.
“Nuna he corrido con la Canyon antes. Tampoco sabía que la Canyon era mejor que la Specialized…” y la cara de sorpresa de todos los periodistas sentados a su alrededor y nuestro sonoro y unísono “¿lo es?” hace que el tímido Martin explote en una carcajada, cierre los ojos y suspire profundamente, sabedor de que acaba de ser traicionado por su propio subconsciente. “Ya veremos si lo es…” intenta zafarse e insiste en que “lo que realmente me motiva es el trabajo conjunto de desarrollo que vamos a poder hacer”.
Pero esa posición de referencia no será exclusiva en su relación con Canyon, sino que, en comparación con lo que ocurría en Etixx-Quick Step, Martin deberá de asumir en Katusha-Alpecin un papel de mayor relevancia en lo que a liderazgo respecta. “Sí, es cierto que la situación va a ser muy distinta. En Etixx-Quick Step teníamos varios corredores que nos repartíamos la responsabilidad, pero aquí todo se centra más en cuatro o cinco corredores. Además, soy consciente de que hay muchos más ciclistas jóvenes que estarán pendientes de mí y de lo que les pueda enseñar. Pero es una situación que me gusta porque quiero ser un hombre con responsabilidades y que intente enseñar cosas a los jóvenes, mejorar al propio equipo. Es algo bonito que me motiva más todavía”.
Tras su triunfo en el pasado mundial contrarreloj, que “me dio mucha moral después de un año no tan bueno”, Martin reconoce que “ahora llega una nueva versión de mí mismo como contrarrelojista porque, como ya he explicado, me toca acostumbrarme a la nueva bicicleta. Por ello, no creo que pueda estar al cien por cien al principio de temporada, en carreras como Algarve o Valencia, donde seguiré acostumbrándome a ella. Es un trabajo que siempre es complicado”.
“El gran objetivo es el amarillo del Tour”
Katusha-Alpecin viajará al Tour de Francia sin Ilnur Zakarin, su gran referencia en lo que a carreras de tres semanas respecta y que intentará atacar el podio en el Giro y la Vuelta, tal y como era el plan inicial el pasado año. Esto hace que sea Tony Martin –junto a Alexander Kristoff– el gran referente del equipo en la Grande Boucle. “Conseguir el maillot amarillo del Tour de Francia en el prólogo de Düsseldorf es mi gran objetivo del año”, reconoce el corredor alemán. Un objetivo y una obsesión que, evidentemente, es compartida con todo el equipo, que se ha marcado ese objetivo como la gran meta de la temporada. “No ocurre muy a menudo que el Tour de Francia celebre su Grande Départ en Alemania y, además, con una contrarreloj corta. No quiero ponerme demasiada presión encima porque enfrente tendré corredores como Rohan Dennis (BMC), Tom Dumoulin (Sunweb)… pero, tras las clásicas, es obvio que me centraré al cien por cien en ese día. Además, soy muy consciente de que para Alpecin es incluso más importante que para mí”.
El Tour vuelve a Alemania, Alpecin ha tomado un rol crucial en el equipo que el pasado año acabó en segunda posición en el UCI World Tour y él, Tony Martin, tiene grandes opciones de vestir el maillot jaune en las calles de Düsseldorf. Todo ello supone, sin duda, una gran noticia para el ciclismo de un país que hasta no hace mucho vivía completamente de espaldas hacia un deporte al que condenó al ostracismo por todo lo ocurrido hace algo más de una década. Martin opina que “no creo que ahora tenga una mayor responsabilidad para, como dices, volver a llevar el ciclismo a Alemania… creo que es algo que ya he hecho. Llevo nueve años como profesional y he hecho un buen trabajo. Un trabajo igual de bueno que el que han hecho Marcel [Kittel], John [Degenkolb] o André [Greipel]. Creo que somos una de las razones por las que un patrocinador alemán ha vuelto a interesarse por el ciclismo. El trabajo no está hecho, pero sí una buena parte de él”.
Pero, ¿está completamente cerrada y curada la herida que se abrió entre la sociedad alemana y el ciclismo? “Yo diría que está curada y cerrada en el sentido de que el ciclismo está aceptado socialmente como un deporte de verdad otra vez. Ya no existe esa sensación de que los alemanes relacionan directamente al ciclismo con el dopaje”, explica Martin. “En este momento, creo que es una situación superada al 90%. Lo que quizás seguimos sin tener, que para mí es una lástima, es un hombre capaz de luchar por el triunfo en el Tour de Francia. Al fin y al cabo, el ciclismo vive del amarillo del Tour y yo no veo a ese corredor alemán que pueda optar a él y siempre se necesitan los grandes iconos para hacer importante al deporte en la sociedad”.
“El récord de la hora es un objetivo para el futuro”
Durante un tiempo, parecía que el alemán haría un intento por batir el récord de la hora en cualquier momento, pero tras la marca establecida por Chris Boardman, la moda por la plusmarca de los sesenta minutos decayó. Pese a ello, Martin asegura que “es un objetivo que nunca he descartado. Es cierto que el año pasado se diluyó bastante por cómo fue la temporada, pero cuando me acostumbre al equipo y todo comience a ir tal y como esperamos y deseamos, estoy seguro de que intentar el récord de la hora se convertirá de nuevo en un objetivo. Pero, por el momento, no tengo un plan ni ha sido parte de las negociaciones antes de firmar mi contrato, así que es algo que estudiaremos en el futuro”.
Martin, como ya se ha encargado de explicar, es un corredor del que se espera que sea capaz de brillar en las clásicas de primavera, en el Tour de Francia y en el mundial. Por ello, cuando se le pregunta en qué momento del año cree que podría afrontar ese intento sobre el récord de la hora si en algún momento decide afrontarlo, ríe y dice “es una gran pregunta… en Navidad. ¡El 24 o el 25 de diciembre! Hablando en serio, como bien has dicho, esta no es una cuestión menor porque no hace falta que os diga lo complicado que es para un corredor preparar sus objetivos cada año y si a eso le sumamos un intento sobre la hora, todo se complica más. Necesitas cerca de un mes para preparar el récord y un tiempo para volver a acostumbrarte a la carretera. Por ello, quizás el mejor momento para intentarlo sería después de los mundiales. O hacer el Giro y no el Tour… todo dependerá de si decidimos afrontar este proyecto y qué año lo hacemos”.
“Estaría bien tener un corredor menos en los equipos”
Una de las polémicas que está dando vidilla a este periodo sin competición es la que han levantado los organizadores con su propuesta de rebajar el número de corredores en las grandes clásicas y vueltas de tres semanas. Martin opina que “creo que estaría bien tener un corredor menos en cada equipo porque abriría mucho las carreras. Especialmente, para corredores como yo a los que nos gusta correr de manera ofensiva. Sería más fácil poder irte. Yo estaría contento si esa propuesta prospera”.