“Ha sido un día complicado, pero esto es el Tour de Francia. Hay veces que te cogen las caídas y veces que no, es una lotería, porque no sabes si pasará a la izquierda o a la derecha. Me ha tocado y espero que no sea nada grave”, dijo Alberto Contador tras recibir la primera cura en el autobús del equipo.
“Tengo tocados los dos lados”, continuó el líder del Saxo-Tinkoff, “pero creo que será chapa y pintura, como solemos decir nosotros, y espero que se quede ahí. Ahora, a ponerme mucho hielo y recuperar en las siguientes etapas para la contra reloj por equipos, a ver si no tengo problemas para apoyar los codos”.
A la pregunta de si tenía alguna fractura, Alberto contestó que aún estaba en caliente, “pero creo que no. Tengo un golpe fuerte en el hombro izquierdo y la rodilla derecha, pero espero que se quede ahí. Ahora iré a disgusto en la bici, pero queda mucho Tour. Sabía que no picarían tiempo y, dentro de lo que cabe, tenía cierta tranquilidad, porque se me rompió una cala y no podía pedalear”.
Alberto no quiso culpar a nadie de lo sucedido. “Todos queremos estar delante. Creo que me han dado por detrás, si no, igual podría haber librado. A veces le coge a uno y otras, a otro. Ahora es importante seguir como si no me hubiera caído, dormir lo mejor que se pueda y mañana será otro día”.
Contador tampoco pensaba que hubiera habido más confusión debido al problema de la meta. “Son los típicos nervios del primer día, de no querer perder tiempo. Por lo menos, estamos todos con el mismo tiempo, no como en la última ocasión y me siento muy arropado por un equipo muy potente. Estoy contento con todo ese apoyo. El Tour es el Tour y nunca sabes dónde puede estar la caída”, concluyó.