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Nibali se ha anotado este año la Milán-Sanremo / © RCS
Cuando uno ya tiene la triple corona en su haber, hay muy pocos motivos para que alguien pueda dudar del favoritismo que pueda tener para una gran vuelta. Es verdad que Vincenzo Nibali (Mesina, 14 de noviembre de 1984) siempre tendrá que vivir con la injusta sombra del y si… Su Tour, el de 2015, llegó después de una soberbia etapa adoquinada –elemento que vuelve a la Grande Boucle– este año y, también, después de ser el gran dominador de esa edición, algo que siempre es condición indispensable en el vencedor final. Pero, siendo todo ello verdad, también lo es que el de 2015 fue el Tour interruptus de Chris Froome en su racha triunfal. Y fue también el Tour, con el británico ya fuera de combate, de la caída y posterior abandono de Alberto Contador. Por ello, aunque siempre sea injusto, Nibali tendrá que soportar por siempre ese sambenito. Pero el Tour es, también, una aventura de supervivencia y él no falló donde el resto sí lo hicieron.
Pero aquello es ya agua (muy) pasada y Nibali afrontará esta semana su quinta participación en la prueba francesa tras un año de ausencia. Buena prueba de lo distinto que es este corredor respecto a otros de su mismo corte es que, pese a haber cosechado en el pasado un tercer puesto (2012) y un triunfo (2015), no se ha centrado únicamente y de forma obsesiva en la carrera francesa y no ha tenido problemas en dejarla de lado para poder preparar de forma metódica otros objetivos como el Giro de Italia, que volvió a ganar en 2016 hipotecando por completo sus posibilidades de reeditar el amarillo en Parí e, incluso, el doblete Giro-Vuelta de 2017 ausentándose de la Grande Boucle.
Vincenzo Nibali pertenece a la auténtica realeza del ciclismo. No a esa nobleza decadente que surge de vez en cuando y que apenas deja poso más allá de su generación sino, y ahí está su palmarés para demostrarlo, a la gran Gotha que la historia de este deporte va llenando de nombres y apellidos que serán, ya para siempre, inmortales. Tiene, ya lo hemos dicho, las tres grandes vueltas en su haber; pero es que su palmarés también registra tres triunfos en los Monumentos después de que esta primavera, de forma magistral, sumara una Milán-Sanremo a los Lombardías de 2015 y 2017.
Especial, por la forma y, sobre todo, el fondo, ha sido su victoria de 2018 en la Classicissima. Desde que Laurent Fignon lo hiciera en 1989 (tras haber vencido también en 1988), ningún ganador del Tour de Francia había triunfado en La Primavera. Sólo Laurent Jalabert, que fue el mejor en Sanremo en 1995, supo conjugar en el mismo palmarés el primer Monumento del año y una gran vuelta ya que ese mismo año ganaría la Vuelta a España (la primera disputada en septiembre).
El resto de su temporada, es cierto, ha quedado bastante más gris. Valverde no acompañó finalmente a Nibali en el asalto a la Vuelta a Flandes y el Tiburón sólo pudo terminar 24º en una clásica que, sobre el papel, podría llegar a ganar algún día si se lo propone. Posteriormente, el abandono en el País Vasco, un pobre paso por las Ardenas y, sobre todo, un nada esperanzador Citérium du Dauphiné, donde terminó 24º a más de 20 minutos del vencedor, completan un camino al Tour que, en base a los fríos números, no augura grandes cosas.
En cualquier caso, Nibali ya ha demostrado en más de una ocasión que es un corredor muy capaz y que, si es capaz de salvar bien la primera semana, en la segunda parte del Tour, momento en el que, en teoría, tendría que alcanzar su mejor pico, será un rival temible para todos.
Nibali ya sabe qué es ganar el Tour / © ASO
Vincenzo Nibali (Bahrain-Merida), 33 años
Días de competición: 39
Victorias: Milán-Sanremo (1.WT)
Otros resultados: –
Clasificación UCI World Tour: 39º
Puesto Tour Francia 2017: DNS
Mejor resultado Tour de Francia: 1º (2015)
Días de amarillo en el Tour de Francia: 19
Etapas Tour de Francia: 5
Mejor resultado Vuelta a España: 1º (2010)
Mejor resultado Giro de Italia: 1º (2013 y 2016)
