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Mas, 2º en la Vuelta de 2018, debutará hora en el Tour / © Gómez Sport
10: Rigoberto Urán / 9: Thibaut Pinot / 8: Mikel Landa /
“Si Enric Mas quiere el contrato de un corredor capaz de acabar en el top5 del Tour, primer tendrá que demostrar que puede acabar en el top5 del Tour”. Esas recientes palabras de Patrick Lefevere sobre las aspiraciones y pretensiones de Enric Mas (Artá, 7 de enero de 1995), unidas a la cada vez menos secreta posibilidad de que acabe en Movistar en 2020 podrían ser la clave para entender perfectamente bien lo mucho que se juega el corredor balear en las tres semanas del Tour de su debut.
A sus 24 años, Mas desembarcará el día 6 de julio en Bruselas envuelto en la enorme expectación que su progresión lleva despertando desde el mismo día en que dio el salto a profesionales señalado como el próximo gran referente del ciclismo español, algo que se acrecentó todavía más el día en que Alberto Contador, en un regalo algo envenenado, le señaló como su sucesor.
En teoría –y seguramente en la práctica–, Enric Mas, como cualquier debutante en la Grande Boucle, tiene el derecho de quitarse presión de encima y no querer entrar en el grupo de grandes aspirantes al triunfo, pero enorme ambición y, sobre todo, el gran salto de calidad que dio el pasado año en la Vuelta a España, donde acabó segundo, obligan a tenerle muy en cuenta de cara al podio de París.
Precisamente, la ronda española del pasado año debe ser el termómetro con el que tratar de evaluar las opciones reales de Mas en este Tour de Francia. Por un lado, vimos a un corredor capaz de mantenerse con los mejores en las duras cimas de la ronda española, con un dibujo al que el Tour tiende cada año más y que, por lo tanto, se podría decir que beneficia al balear. Pero, por otro lado, vimos a un corredor muy aislado, sin un equipo a su alrededor capaz de ofrecer la misma robustez y seguridad que los mejores bloques vueltómanos algo que, si bien en la Vuelta puede ser suplido por calidad individual, parece muy complicado de superar en la Grande Boucle, esa prueba a la que los mejores corredores llegan en su mejor versión rodeados de sus mejores lugartenientes en su mejor momento.
Deceuninck-Quick Step ha dejado en casa a Philippe Gilbert, un hombre veterano que, si bien no debe ser de los llamados a estar junto al líder en las grandes cumbres, sí podría haber sido de gran ayuda para Mas en la siempre primera complicada semana, más si cabe teniendo en cuenta el terreno por el que se moverán en los primeros días, tremendamente peligrosos en términos de caídas que pueden acabar con cualquier opción.
No quiere esto decir que el resto de los integrantes del conjunto belga sean cojos en esos terrenos belgas, donde tan bien se desenvuelven cada primavera, pero Lefevere parece haber apostado más por un equipo capaz de enfundar a Elia Viviani con el primer amarillo el sábado y afianzar el liderato (quizás con otro corredor) en la contrarreloj por equipos del domingo, que en construir un bloque sólido alrededor del único hombre, ausente Jungels, capaz de aspirar a un puesto en la general.
La decisión, lógica si tenemos en cuenta que se trata del equipo belga por excelencia y que el Grand Départ de Bruselas se va a convertir en una celebración del amor por el ciclismo que tiene aquel país con el 50º aniversario del primer Tour de Eddy Merckx como gran excusa, no deja de ser un importante escollo para Mas, que sabe que, como sucedió en la Vuelta a España, tendrá que hacer las cosas solo o buscarse esas alianzas que la situación de carrera propician y que, para su desgracia, son más complicadas de cimentar cuanto más arriba se está en la tabla.
Pese a todo, y si nos olvidamos por un momento del resultado final que pueda obtener el balear, todas estas circunstancias sitúan a Enric Mas ante una oportunidad única de mostrar su madurez como ciclista. Afrontar su primer Tour sabiéndose el centro de atención de muchos (aficionados y equipos) y saber que para dar las mejores sensaciones tendrá que ser capaz de mostrar su mejor visión táctica de la prueba –la soledad sólo se mitiga con inteligencia– es una circunstancia en la que el español tiene mucho que ganar y, en realidad, poco que perder.
Mas llega al Tour sin haber sumado victoria alguna esta temporada y habiéndose visto siempre superado en la clasificación del mejor joven de las tres pruebas World Tour que ha disputado por otros dos ciclistas: Miguel Ángel Superman López y Egan Bernal en la Volta a Catalunya; Tadej Pogačar y Maximilian Schachmann en la Itzulia y, de nuevo, Egan Bernal y Tiesj Benoot en la recién terminada Vuelta a Suiza.
Esos números, descontextualizados, pueden preocupar, pero, de nuevo, debemos tener en cuenta todo lo dicho anteriormente sobre la situación que vive Mas dentro del equipo, algo que debe servir para, si cabe, dar más valor a sus números.
Enric Mas (Deceuninck-Quick Step), 24 años
Deceuninck-Quick Step estará liderado por Mas / © DQS
Días de competición: 29
Victorias: –
Otros resultados: 4º general final Volta Algarve (2.HC), 9º general y final y 3º mejor joven Volta Catalunya (2.WT), 3º mejor joven Itzulia País Vasco (2.WT), 9º general final y 3º mejor joven Vuelta a Suiza (2.WT)
Clasificación Mundial UCI: 54º
Puesto Tour Francia 2018: DNS
Mejor resultado Tour de Francia: Corredor debutante
Días de amarillo en el Tour de Francia: 0
Etapas Tour de Francia: 0
Mejor resultado Vuelta a España: 2º (2018)
Mejor resultado Giro de Italia: –
