Uy, que esto se anima. Ciertamente la sensación tras la primera etapa plana y sin chicha y la segunda, la matinal de hoy, sin demasiado aporte de emoción, estaba la cosa huérfana de mucho interés, pero con la crono de la tarde, es decir la tercera etapa, fíjense lo que ha cambiado el cuento con Demi Vollering nueva líder.
En el primer sector, ese primer acto de este 2×1 que nos ha permitido degustar -para bien- esta edición, la belga Audrey de Keersmaeker quiso ser la primera protagonista del día. A falta de grupos o grupúsculos o, digamoslo claro, valientes así sin más, su acción fue de lo poco destacado, más allá del otro tema, el que nunca gusta pero hay que tratar, que es esa locura de estrechamientos, bolardos móviles y demás que el pelotón tuvo que sortear y, en algunos casos, besar el suelo como consecuencia de.
Cosas que pasan en todos lados, dirán, pero evitables en cualquier etapa y, qué menos, en todo un Tour donde se pueden decidir cosas como la preparación del sprint final. De eso mismo se beneficiaron las que iban en cabeza, que salvaron la última de las caídas en la panza del grupo y enfilaron la volata con Lorena Wiebes que parecía que sí, que hoy sí -ayer la eliminó la mecánica-, pero que se vio superada por la líder, Charlotte Kool, que supo leer la jugada de la favorita, seguir su rueda, abrirse, y entre ella y Vos, que porfiaba por la etapa, colarse para sumar su segunda victoria consecutiva y así presentarse en la crono de la tarde aún como líder.
Tras el ‘descanso’, la crono vespertina se vino frenética porque las diferencias eran de segundos, muy pocos, tanto que en algún caso se desbancaba a la que tenía el mejor tiempo por centésimas. Ni Grace Brown, flamante oro olímpico en crono, pudo decir esta boca es mía, cuando parecía que iba camino de la gloria, por un pinchazo que, en una crono de 6,3km, era una sentencia de muerte. Pero llegó Demi. Cuando tienen que aparecer las favoritas, el resto queda en segundo plano. La neerlandesa, extasiada con el apoyo que está recibiendo en casa estos días, voló por las calles de Rotterdam y marcó el mejor tiempo que ya nadie pudo cambiar. Kool, con 20 segundos de margen sobre Vollering en la general, se dejó 25, y la del SD Worx se enfundó el amarillo y sumó su primera etapa en esta edición.
No me lo creo, decía Demi, yo venía a ver qué pasaba, insistió en la entrevista postcarrera con una cara de emoción inenarrable. Y sí, era verdad, había ganado etapa y liderato, tan verdad como que en el podio tuvo que pedir a su afición que parara o rompía a llorar sin consuelo: el gentío gritaba ¡Demi! ¡Demi! ¡Demi! Porque algo parece indicar que hay Vollering para rato: por las piernas que trae y por la confianza que deja un día como hoy. Ah, y mañana mini Lieja. Ya me dirán si esto ha dado un vuelco o no… Si ayer hubo 247.000 personas, según indicaron, viendo la carrera, hagan cuentas de lo que espera a su paso por la tierra prometida. Y con Vollering líder y la sombra de sus victorias en Vuelta y Tour del año pasado. Ansia viva por ver quién aparece ahora.