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La crisis del coronavirus lo condiciona todo en la actualidad. Pero mientras el ciclismo masculino va cimentando las bases y componiendo su calendario, tras confirmar las nuevas fechas de las tres grandes vueltas Tour-Giro-Vuelta, el femenino sigue siendo invisible, por el momento, a los ojos por la propia Unión Ciclista Internacional.
La UCI aún no ha anunciado cuándo se espera que regresen las carreras femeninas aplazadas, si las reubica en el calendario o se dan por perdidas al solaparse con las masculinas, lo cual puede provocar un agravio comparativo en cuanto a equidad y difusión de las féminas tanto por las propias corredoras como para las pruebas a organizar.
Durante este periodo de negociación solo se ha conocido que se publicará un calendario revisado a más tardar el 15 de mayo. El anuncio de la UCI se produjo cuando la carrera femenina de un día organizada por ASO durante el Tour, La Course de Le Tour de France, programada para el 19 de julio, se pospuso a una fecha aún por determinar. En un comunicado, el organismo rector internacional del ciclismo señalaba que «la UCI , en paralelo y en estrecha colaboración con las preocupaciones de los diferentes actores, continúa su trabajo para poder anunciar, a más tardar el 15 de mayo, una versión revisada del calendario UCI Women’s WorldTour. Sin embargo, este calendario seguirá dependiendo de la situación sanitaria mundial».
La UCI anunció que el Tour de Francia masculino se retrasaría desde su fecha de inicio prevista el 28 de junio, ahora del 29 de agosto al 20 de septiembre, con el Campeonato Mundial en su lugar programado del 20 al 27 de septiembre y los Europeos a principio de mes, por ahora del 9 al 14 de septiembre. El sindicato femenino de corredoras, The Cyclists Alliance, apuntaba al respecto que «nos hemos acercado repetidamente a la UCI para que forme parte de las discusiones sobre el calendario de carreras de la UCI 2020. Este anuncio viene dado por los intereses o las voces de las corredoras representados. Continuamos presionando a la UCI para que participemos en la planificación futura».
Una de las voces críticas dentro del pelotón femenino ha sido la de la propia campeona del mundo la neerlandesa Annemiek van Vleuten, que observa una clara situación de dejadez por parte de la UCI. “Siempre intento, a pesar de esta crisis, no preocuparme por cosas que no puedo controlar. Preocuparse por esto es una completa pérdida de energía. Pero sí, indica qué es lo que le interesa a la UCI. Siempre esperas ser sorprendida positivamente alguna vez pero digamos, que ha sido una oportunidad perdida por la UCI» para demostrar equidad entre sexos como revela en su web personal.
Junto con aspectos de la vida cotidiana y todos los demás deportes, el ciclismo femenino ha sufrido un duro golpe durante la crisis del coronavirus. Docenas de carreras femeninas han sido canceladas o pospuestas. Solo una carrera del Women’s World Tour se ha realizado este año, la Cadel Evans Great Ocean Road Race en febrero. Se han suspendido otras muy importantes como la Lieja-Bastogne-Lieja, The Women’s Tour británico o el Giro Rosa y el Trofeo Binda en Italia. En España, al máximo nivel persiste la Challenge madrileña ahora abocada a una reubicación por el traslado de la Vuelta a noviembre. Solo se han disputado en suelo nacional la Vuelta CV Féminas y la Setmana Ciclista Valenciana. Por contra, Eibar, Durango y Vuelta a Burgos, que deberían haberse disputado en mayo, están en el aire y el futuro de las clásicas navarras y San Sebastián estaban previstas en julio y todo indica a que también serán trasladadas a otra fechas, si fuera posible.
Agosto, mes de arranque previsto, tiene como primera cita la contrarreloj por equipos Vargarda WestSweden el dia 8 de agosto, de ahí en adelante se suceden la carrera en ruta de la prueba sueca, el Tour de Noruega, GP de Plouay -que ha pedido un aplazamiento por coincidir con los nacionales en Francia-, Boels Ladies Tour, el Tour de Guangxi y las citas mencionadas en las Challenges Tour y Vuelta.
