Uluru: Galapagar 2015, cinco reflexiones para cinco días

Cinco días en lugar de seis, que quizás se haya notado en el bolsillo de las Federaciones, pero que nos ha supuesto un Campeonato de España igual de intenso que el de 2014, aunque no sé por qué, bastante más accidentado, en el que hasta ciclistas tan expertos como Itmar Esteban se han dejado la piel literalmente en el cemento galapagueño. Y en mi caso particular, mucho más cargado, al tener que ejercer como ‘speaker’. Y aunque ‘sarna con gusto no pica’ –y más cuando tuve la suerte de vivir pruebas realmente intensas-, sí cansa.

Cinco días, cinco reflexiones que me gustaría compartir con mis amigos de Uluru.

  1. Si en 2014 el gran protagonista fue Albert Torres, en esta ocasión señalaría a Sebastián Mora como la principal referencia de estos Nacionales, y más cuando desgraciadamente no pudimos contar con la presencia del super-hiper-mega combativo Eloy Teruel por una lesión que le impedía pedalear. El castellonense madura de año en año y lo demostró con un tiempazo en la persecución y con una madison controlada de principio a fin con un Julio Alberto Amores que es su complemento perfecto. Eso sí, en la puntuación tuvo que ceder ante un Torres que, aunque se quejaba de estar reventado –y su cara lo demostraba- pudo aprovechar su bagaje de carretera y sobre todo una cualidad importantísima en un ciclista: echar mano del sufrimiento para compensar la merma en las condiciones.
  1. Hay que agradecer igualmente la presencia de ruteros como los castellano manchegos Jesús Alberto RubioVicente García de Mateos o los castellano-leoneses Diego Rubio y Noel Martín. Los dos primeros hicieron una madison notable y solo la mala suerte de la desgracia combinada –avería del primero y caída del segundo- les impidió estar en el podio, que ya había pisado el segundo en la persecución. El ‘mayor’ de los Rubio –por estatura- también estuvo en ese cajón como subcampeón de España de persecución y debería ser un firme candidato a la cuarteta si realmente hubiera una simbiosis pista-ruta en nuestro país y no ese rechazo incomprensible e injustificable de buena parte de los equipos de carretera hacia esta disciplina. Y finalmente Martín hizo una puntuación sobresaliente, aunque en este caso, dedicarse a la pista de forma individual imposibilitaría su presencia como piloto de tandem. Y no olvidemos que en Nottwil pisó dos veces el podio junto con Carlos González, un año después de haberse estrenado con el arco iris.
  1. Otra ciclista que crece es Tania Calvo. Ya lleva muchos años en el candelero, pero temporada tras temporada ‘progresa adecuadamente’. Los cuatro oros logrados este fin de semana son una anécdota, ya que esta temporada tiene otros objetivos muy distintos, pero sí una confirmación. Por cierto, me alegra también que en la categoría junior haya ciclistas decididos a ser velocistas y ojalá cuenten con los medios para consolidarse. Me refiero a los valencianos Alejandro Martínez e Isabel Ferreres o al navarro David Orgambide.
  1. Y quien siempre será grande es Leire Olaberría. A sus 38 años sigue con la ilusión con la que empezó. Siempre recordaré unas declaraciones suyas en Valencia, en 2005 –año que el Nacional femenino se realizó por separado-, en donde ‘aspiraba’ a ponerle las cosas difíciles a la entonces dominadora Gema Pascual y tener una oportunidad internacional. En este Campeonato ha estado intratable en persecución y puntuación, e incluso se probó en 500 metros y keirin, prueba en la que logró su primer rojigualdo, en el ya muy lejano 2004. Y aunque tenemos visiones contrapuestas sobre el omnium, no puedo dejar de reconocer su mérito y expresar mi deseo de que ojalá culmine su carrera con una nueva medalla olímpica o, por lo menos, mundialista.
  1. Termino con los juniors, con una prueba que para mi fue una de los grandes momentos de los Campeonatos, la final de persecución junior entre Baleares y Asturias. Dos formas muy distintas de vivir la pista, entre los medios y el trabajo metódico de ese gran técnico llamado David Montserrat para Baleares y la voluntad por encima de todo, en un velódromo que no puede ser siquiera llamado como tal, en Asturias con la ilusión de José Luis Junquera. En todo caso, tanto unos como otros hacen grande nuestro deporte y, como decía hace un año, agradecer también la constancia de Euskadi, el nuevo despunte de la Comunidad Valenciana, la voluntad de Navarra, Castilla-La Mancha, Castilla-León o Extremadura, los inicios de Aragón, esperando un nuevo auge de Murcia –que seguro que llega- y deseando que Cataluña y Madrid vuelvan a tener el nivel que exhibían habitualmente hace unos años.

Uluru, el blog de Luis Román-Mendoza

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