Por segundo año consecutivo, Hermida se va a ‘saltar’ la temporada de cyclo-cross. Y mucho me temo que esto puede significar el final definitivo de la carrera del catalán –que ya ha cumplido 35 ‘tacos’, no lo olvidemos- en esta disciplina invernal, aunque conociendo al mejor biker español de todos los tiempos, jamás se puede poner en su boca el “de esta agua no beberé”.
El romance entre Hermida y el cyclo-cross nació en los Campeonatos de España de 2007, cuando impuso algo más que su carisma en Alcobendas. Pero sobre todo, nos hizo soñar unas semanas más tarde, en el Mundial de Hooglede-Gits, que podíamos tener un cyclo-crossmen de talla universal, con esa decimoséptima plaza, algo que no estaba nada mal para un debutante.
Hay que ser honestos y recordar que Hermida jamás dio falsas esperanzas de ‘conversión. “Soy un ‘biker’ y no hay que olvidarlo. Y aunque no haya Juegos, tengo muchos compromisos y objetivos. Si hago una gran temporada en invierno, luego me pasa factura durante la campaña de BTT”, decía a finales del 2009, aunque también reconocía que le tentaba el sueño –irrealizable por quien es y por lo que se debe- de apostar un año por el cyclo-cross.
No ha podido ser y me temo que ya no será. Hermida pudo haber sido esa ‘estrella del barro’, pero en otro tiempo, en otro lugar, en otras cinrcunstancias. Lo mismo que habría sido un excelente rutero, aunque también es memorable lo que dijo un día: “¿Por qué Carlos Sáinz hacía rallyes y no Fórmula 1? Pues porque le gustaba el rallye. A mí me gusta el BTT y es lo que hago”. Y muy bien.
En todo caso, estoy seguro de que Hermida aún nos hará soñar y disfrutar con nuevos días de gloria… pero en el BTT, y que en el cyclo-cross habrá que seguir, con esperanza e ilusión, la evolución de dos reconvertidos como Murgoitio y Aitor Hernández, sobre todo si disponen de los medios, pero sobre todo de dos corredores nacidos y bien criados en el barro como Jonathan Lastra y Kevin Suárez.