Es uno de esos temas que tenía pendiente de retomar, deprofundizar, después de que se lanzara en los comentarios de un post hace ya año y medio. Sin embargo, el profesional estadounidense Peter Stetina se me adelantaba la semana pasada en VeloNation en un amplio reportaje: la forma de identificar a los corredores en carrera, con esos dorsales cogidos con alfileres –lo más cutre de nuestro deporte, sin lugar a duda-, doblados o recortados, pese a la posibilidad de sanción, y que además cambian de prueba a prueba.
Stetina, con el que coincido en su calificación del ciclismo con deporte ‘amateur’ en muchas facetas, reclamaba ese dorsal permanente impreso en los maillots, como ocurre en otros deportes, aunque reconocía la dificultad de aplicar este sistema en el ciclismo, en el que los contendientes son muy numerosos en un solo evento y que cambian de una carrera a otra. No obstante, a efectos de identificación por parte de comentaristas y motoristas podría ser mucho mejor, comentaba el norteamericano, si se añade el nombre del corredor en diversas partes de la vestimenta –como ya sucede en equipos como Sky o Lotto- y se aumenta el tamaño del número identificativo.
Ni que decir tiene que estoy a favor de esa propuesta…. a la que solo veo un pero: si aplicamos este número permanente sólo a los World Tour, nos iríamos a casi 600 dorsales, algo a lo que no estamos acostumbrados. Pero si añadimos a los ciclistas de los equipos continentales-profesionales, la idea sería casi irrealizable ya que llegaríamos a las cuatro cifras en el dorsal. Una combinación tipo matrícula, de letras –identificando al equipo- y un número de dos cifras –de cada corredor- podría ser una alternativa válida: por ejemplo SK01 podría ser el dorsal de Chris Froome.
Trofeo Euskaldun
Pero mi opinión no es la que cuenta, y por ello he consultado a algunos amigos del mundillo ciclista que les parecería esta idea, sobre todo cuando no es algo nuevo en el BMX, por ejemplo, en el que el número de placa del corredor es permanente durante todo el año (pese a ser un aspecto que debería regularse mucho mejor, ya que resulta kafkiano para los profanos), aunque también en otros ámbitos del ciclismo en carretera. “En Euskadi, en el Trofeo Euskaldun, los corredores llevan el mismo dorsal toda la temporada –comenta el mecánico Luis Lamas-. En el año 2004, cuando yo estuve en el equipo Serbitzu Kirolgi, llevamos los dorsales impresos en el maillot. Los corredores tenían dos maillots para esas pruebas y eran los que se usaban”.
“Es algo que ya se trató hace muchos años –recuerda Manolo Saiz-, pero que los organizadores, que son los que tienen el poder, no quisieron, ya que perdía importancia. Sobre todo en aquello de adjudicar el dorsal 1, que es algo a lo que le dan mucha importancia, pero que para mí es retrógrado”. El speaker Juan Mari Guajardo insiste en la importancia de este aspecto “ya que la publicidad en los dorsales es de las que más se ve y es lógico que los organizadores no quieran renunciar a ella, y más en estos tiempos en los que es difícil completar los presupuestos. Pero a efectos de identificación sería maravilloso saber que un corredor tiene ese dorsal para toda la temporada”. También Pedro Delgado lo considera bastante positivo y recuerda que “hace años ya se habló del tema, pero no llegó a cuajar”.
Jesús Guzmán, radiovuelta en moto en Vuelta a España y otras muchas pruebas, recalca que “el ciclismo es el deporte más atrasado en muchos aspectos y no entiendo como todavía se sigue viendo ese dorsal con imperdibles”. De cara a la identificación, el ex corredor valenciano comenta que “para mí es más fácil fijarme en números sólo que en números y letras. Y ya puestos, es lo mismo cantar el 615 que el 113, por ejemplo. Por otro lado, si conoces a un corredor por la cara o por otro elemento, no tienes que preocuparte de mirar el número si ya te lo sabes de pruebas anteriores”.
El momento del lápiz y papel
Por el contrario, Rafa Coca, presidente del Comité Técnico de Arbitros de la RFEC, se muestra más cauto, a priori. “Con la foto-vídeo finish y los transponders se ha adelantado mucho, pero hay momentos en carrera en que no tenemos esta ayuda tecnológica y debemos recurrir a la vista, al magnetófono o al lápiz y papel. Por ejemplo en puntos intermedios o en escapadas. En ese momento, que tienes que ir con rapidez, mezclar números y letras es bastante complicado. Y con números de tres cifras tampoco sería fácil, sobre todo en los cuadrantes con los que trabajamos en carrera. El sistema actual con corredores del 1 al 9 en cada equipo es bastante más sencillo. Desde el punto de vista arbitral, veo más contras que pros”, para añadir que “hay también factores sentimentales como ese número uno del último ganador, manías y supersticiones que también afectarían”.
La asignación de números podría generar también sus problemas. Si es por equipos, está claro que cada uno elegiría en función de sus intereses, aunque las envidias podrían surgir por las asignaciones en aquellas formaciones en que no está claro. Pero si se recurre a la lista corrida, está claro que el número uno debería ser para el mejor corredor de la campaña anterior, clasificación World Tour en mano. Pero, ¿cómo se seguiría, por equipos, por ranking…? La UCI tendría mucho que decir.
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