En líneas generales, podríamos decir que la tendencia entre los organizadores de las clásicas de primavera –al menos, aquellas no incluidas entre los cinco Monumentos– está siendo la de añadir una mayor dureza a sus pruebas mediante el incremento de kilómetros y/o la inclusión de un mayor número de ascensiones en el recorrido. En un intento por diferenciarse de la ‘competencia’ –no pertenece a ‘Flanders Classics’– el E3 Harelbeke ha apostado por todo lo contrario, es decir, reducir tanto los kilómetros de recorrido como el número de ascensiones. Pero todo esto, por supuesto, buscando incrementar la dureza desde una aproximación distinta.
De cara a 2016, cuando la carrera se disputará el viernes 25 de marzo, la prueba enmarcada dentro del calendario World Tour y que contará con la presencia, entre otros, de Alejandro Valverde en su camino de preparación para la Vuelta a Flandes, pasará de los 214 kilómetros del pasado año a los 203 de esta edición, un cambio que a primera vista no parece gran cosa, pero que en carreras de este tipo puede suponer mucho.
Además, los organizadores han decidido reducir en dos el número de ascensiones, pasando de las 17 del pasado año a las 15 de 2016. Con todo esto, lo que se pretende es que la carrera gane dureza en términos de nerviosismo, una apuesta que suena muy parecida a la que ya introdujo hace muchos años la Vuelta a España en el mundo de las grandes vueltas. Una decisión, por cierto, que ha sido adoptada después de que la organización la discutiera con Tom Boonen, Fabian Cancellara y el nuevo campeón del mundo, Peter Sagan.
Para aumentar la tensión en los habitualmente aburridos primeros kilómetros, el E3 Harelbeke ha apostado por una zona de aproximación hasta la primera subida algo más larga, pero por carreteras más estrechas, lo que obligará a batallar por las primeras posiciones desde el inicio mismo de la carrera. Esto, a su vez, hace que desde la primera ascensión, que será el Kattenberg hasta la meta del Forestierstadion, los tramos complicados estén muchos más concentrados, dejando menos opción a la relajación.
La 58ª edición de la carrera, que en el pasado ha sido tan conocida por su vertiente deportiva como por sus polémicas campañas publicitarias, fue a parar a manos de Geraint Thomas.