Un ensayo científico llamado Mundial

Competición en Catar

Competición en Catar

Los días que llevan al mundial de Qatar nos están marcando un camino de noticias que no pueden dejar indiferentes a nadie. Leo ésta en concreto, que firma Carlos Arribas hoy mismo, y me da la sensación de estar asistiendo a los preparativos de un ensayo científico en lugar de una carrera ciclista. Equipos médicos presentes, botones de alarma si las condiciones empeoran, humedad, temperatura, resistencia, condiciones meteorológicas, golpes de calor,…. la pieza está trufada de términos que en un CAR posiblemente sean de dominio público, pero en una carrera, en una competición de las características del Mundial, no me caben en la cabeza.

El ciclismo se ha distinguido por su indisoluble alianza con los elementos meteorológicos. Antes incluso que los puertos de montaña con porcentajes imposibles fuera casi tan mediáticos como los ciclistas, algunas de las jornadas que pasaron a la historia de este deporte más que centenario fueron aquellas que estuvieron envueltas de condiciones realmente singulares. Recuerdo aquella subida al Bondone de Charly Gaul en medio de lluvia helada, la ascensión la Gavia en el Giro del 88 o las infernales ráfagas de viento que tumbaban ciclistas en la Gante-Wevelgem del año pasado.

Todo eso está muy bien, es historia y habla del carácter heróico que siempre hemos concedido a estos hombres, sin embargo lo de Qatar es otra cosa, es pura y dura especulación financiera por parte de la UCI porque de lo contrario es inconcebible leer lo que leemos. El Mundial que pise por primera vez la península arábiga corre el peligro de ser recortado a semiclásica de 150 kilómetros, si los médicos desplazados al lugar consideran que hay peligro para la salud de unos corredores, cuyo principal filtro para romper la carrera podrían ser vientos salvajes que provoquen abanicos.

Artículo completo de Joan Seguidor aquí

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