Pasaban unos minutos de las nueve de la mañana del sábado cuando decenas de ciclistas iniciaban en el Parque del Minero del Cangas del Narcea una marcha hacia Tineo, donde se unieron otros muchos aficionados de la comarca. Cerca de las 13 horas, todos iniciaban un recorrido a pie por el centro de la villa canguesa. Eran más de 200 deportistas que, bici en mano, arropaban a la familia de Rogelio Muñiz Álvarez, que falleció el lunes atropellado por una furgoneta en el túnel de Rañadoiro mientras practicaba ciclismo con su hija, Cristina, y un amigo. Ambos, junto a su esposa Josefina, su hijo Marcos y otros familiares y amigos cercanos, abrían la marcha portando una pancarta con un mensaje inequívoco: «Respeto. Encima de la bicicleta va una vida».
El avance de la comitiva por la céntrica calle Uría fue recibido con un respetuoso silencio, sólo roto por emotivos aplausos de vecinos que, a cada paso, se iban sumando a un recorrido que finalizó frente al Ayuntamiento, donde el profesional Luis Pasamontes tomó la palabra para recordar a todos los conductores que los ciclistas «no tenemos carrocería, ni parachoques, no tenemos capacidad de aceleración ni una rápida frenada».
Por eso, poniendo palabras al mensaje que todos los aficionados al ciclismo del Suroccidente quisieron transmitir, reclamó a los conductores «que guarden 1,5 metros de separación cuando nos adelanten, que no se pongan nerviosos ni nos insulten cuando vayamos en grupo y en paralelo». Sólo así se evitarán tragedias como la de Rogelio Muñiz Álvarez o las de los 36 ciclistas que, según recordó Pasamontes, perdieron la vida el año pasado en las carreteras de toda España, el país europeo «con más ciclistas fallecidos en 2012».
Para poner fin a estas estadísticas, el ciclista cangués insistió en que todos los usuarios de las carreteras deben aceptar que son espacios «para compartir» y que el respeto debe prevalecer: «Encima de una bicicleta todos somos iguales. Da igual la edad, la forma física o el estatus. Todos somos ciclistas y encima de una bici va una vida. Antes de adelantarnos de forma temeraria, piensa que nos esperan en nuestra casa, igual que a ti».
La emocionada intervención del profesional, que fue acogida con un gran aplauso, finalizó con una decidida defensa del ciclismo, un «bello deporte que nos aporta amistad y compañerismo». Por eso, recalcó, «no vamos a dejar de hacerlo. Rogelio y todos los demás ciclistas que hoy no están aquí quieren que sigamos haciéndolo». Así que «seguiremos siendo ciclistas y alzando la voz para pedir respeto cada vez que sea necesario», zanjó.
Tras sus palabras, decenas de vecinos y aficionados al ciclismo -entre los que se encontraban muchos miembros de los clubes Tous pa Tous y Cicloastur de Cangas- mostraron su apoyo y condolencias a la familia de Rogelio Muñiz, muy querido en la villa.
Fuente: elcomercio.es