Podemos y podremos decir por mucho tiempo que la temporada ciclista 2020 que un día pudimos disfrutar fue la más singular de la historia…
Tres meses escasos, entre finales de junio e inicios de noviembre, han puesto escenario para una campaña que, con todos los peros que queráis ponerle, nos deja un regusto dulce en el año más negro.
Y así, echando la vista atrás, pensamos en lo que comentan en VeloNews sobre si las cosas podrían volver a ser como en 2020 o al menos repetirse como se hicieron este año alguna otra vez.
La Vuelta en octubre e inicios de noviembre ha sido un regalo de ciclismo en un paisaje que muda, con una meteorología más benigna que agosto, sin ese calor, y un espectáculo que ha estado a la altura.
Lo mismo decir, como se cuestionan, de una Strade Bianche en agosto, una carrera seca y arenosa que tamizó el ciclismo de un polvillo seco tan legendario como el barro de la edición más húmeda,.
Lo mismo decir de la travesía por el Piemonte hacia Sanremo o el estival lago de Como que se dispuso para Lombardía.
La campaña nos dejó jornadas de niebla espesa en la Vuelta hacia Sanabria, pero ojo, también en el sur de Italia, como el día que vio a Filippo Ganna imponerse en solitario.
Artículo completo en El Cuaderno de Joan Seguidor