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Valentina Ferreyra en el podio de Luoyang. Foto: UCI Track/SWPix
En un 2024 en el que los jóvenes pistards españoles ha podido destacar, principalmente por su clase y sus ganas, combinados por unos medios económicos que jamás se habían tenido -y a pesar de que su preparación federativa ha dejado mucho que desear- es difícil quedarse con un solo. Sin embargo, para terminar este año, he querido elegir a la balear Valentina Ferreyra, medalla de bronce en el Europeo de Cottbus y, un mes más tarde, plata en el Mundial de Luoyang, en esa misma disciplina… que define sus logros con una tremenda sencillez: “Un sueño. Un año increíble”
¿Cómo empezaste en el ciclismo?
Me viene de familia, mis primos, mi hermano… Me apuntaron a la Escuela de Joan Llaneras y allí tuve la suerte de tener como monitores a Daniel Crespi, a José Soriano y a Toni Abraham. Me lo pasaba muy bien e hicieron que me gustase la pista, aunque lo cierto es que hacía de todo, también carretera, BTT o ciclocross. Pero lo que tenía la pista es que nunca faltaba, esos dos días por semana en el Centro de Tecnificación. Y al final como junior me centré en carretera y en pista.
Segunda temporada como junior, y una diferencia muy grande en estos dos años, a pesar de que en la primera campaña ya estuviste en la selección, en Europeo y Mundial. ¿A que se debió este cambio?
Fue un poco de todo, con muchos pequeños cambios. Por ejemplo, en nutrición, que Marina Garau me ayudó en mucho, sobre todo a aprender en comer en carrera. También con mi entrenador y, por supuesto, el trabajo en el Centro. Todo un poco, cada uno poniendo su granito de arena.
«Corrí de forma muy inteligente, tanto en colocación, como en lectura de carrera»
De esta forma llegamos a Cottbus, con una primera jornada en la que, entre las tres medallas españolas, llegaba ese bronce, en una carrera que corriste con mucha tranquilidad, haciendo gala de una experiencia, que en realidad no tenías….
Experiencia, no, porque era mi primer scratch a nivel internacional. Sobre todo, iba con la mentalidad de que era mi último Europeo junior, y quise salir a disfrutarlo y darlo a todo. Además, llegue con rabia porque el Nacional contrarreloj unas semanas antes no me fue nada bien. Puse toda la energía en la carrera, y eso sí, llegaba muy bien de forma. Sabía que la rueda a vigilar era de italiana, que andaba muy bien. Al final se puso delante y me fui tras ella. Cuando atacó una chica, creo que era griega, saltó la italiana y todo lo que pude detrás de ella, apretar a tope. Me faltó un poquito más para hacerme con la plata. Pero terminé muy feliz, porque no lo esperaba, y sobre todo me convencí de que podía hacerlo”.
Así de ajustadas fueron las medallas en el Europeo. Foto: UEC
De ahí, al Mundial, donde mejoraste el resultado incluso. ¿Qué diferencias notaste?
En China iba mucho más nerviosa, porque era una cita más importante. En la clasificatoria, no me fue bien, pero pasé, que era lo que contaba. Y me dio ganas de no cohibirme. Fue una carrera muy caótica, con ataques continuos. En este caso, la rueda que quería seguir era la de la australiana. Varias veces la forcé a que pasara y yo me colocase después. Pero cuando se lanzó el sprint, intenté pasarla, pero no tuve tanta fuerza y lo único que pensaba es que tenía que llegar. Y no salió nada mal.
Con estos resultados, ¿se puede decir que el scratch es tu prueba favorita?
La verdad es que no. Nunca se me daba bien, y siempre he preferido mucho más los puntos o la persecución individual. Para mí fue una sorpresa. Pero si que es cierto que quedé contenta en ambas, porque corrí de forma muy inteligente, tanto en colocación, como en lectura de carrera.
«No tengo presión por el cambio de categoría porque soy consciente de lo difícil que es»
Y en carretera, ¿te consideras rápida?
Todavía no sé cómo definirme. Solo sé que no soy escaladora, aunque no pase mal la montaña. Pero tampoco soy una esprínter en carretera. Prefiero que sea mi entrenador quien me vaya orientando.
Con Norbey Andrade, en la Gala de l’Esport. Foto: FCIB
Este año, un salto de categoría que siempre da respeto. ¿Cómo lo vas a vivir?
Es un salto grande desde juveniles. Pero no tengo presión porque soy consciente de lo difícil que es. Voy a continuar entrenando, esforzándome y siendo constante y lo que llegue, llegará. Se trata de coger experiencia, sobre todo, de acoplarse a la categoría. De momento continuaré el año que viene con Infinithai-Arabay, con el equipo de casa, con los que me han apoyado. Y por supuesto, continuar con los estudios de Administración de empresas. Es complicado, pero siempre he sabido organizarme y lo llevo bastante bien. Entrenar por la mañana y luego a clase.
Por lo que he visto, esta temporada aún no has competido en pista.
La primera prueba me coincidió con una pequeña bronquitis, y preferí recuperarme. Y la segunda, con la Gala de l’Esport -donde, por cierto, recibió una merecida mención al mérito deportivo por su brillante logro en el Mundial-. Pero sí quiero competir en el Campeonato balear del día 4, y prepararme para el de España, en febrero.
¿Y la selección, ahora como sub23?
Me encantaría volver con la selección. Es un objetivo, pero no es de los primeros. Como te decía, se trata de seguir cogiendo experiencia y trabajar de cara al futuro”.
