Antes de la caída, Valverde amenazó con poner la Vuelta al límite.
Decíamos ayer, por favor que nadie se ofenda por utilizar tan célebre inicio, que la jornada del Balcón de Alicante iba a ser la prueba del algodón para algunos de los mejores equipos de la Vuelta, entre ellos el Movistar que sí, jugó a lo grande, apostó por lo máximo y en el camino se le quedó en una caída Alejandro Valverde.
Desde 2002, hace 19 años, su primero de profesional, vestía incluso los colores del Kelme, Alejandro Valverde no abandonaba la Vuelta.
Entonces lo hizo en vísperas del Angliru, en aquella famosa subida en la que Aitor González se hizo el sueco mientras Oscar Sevilla sufría por detrás con el maillot dorado.
Desde entonces Alejandro Valverde siempre ha concluido cada Vuelta en la que ha tomado parte, incluso en otra con Kelme, en la que tuvo una caída, pasó el mal trago y acabó llegando a meta.
No recuerdo si fue en 2003 o 2004.
La jornada en que Alejandro Valverde ha planteado un duelo que pintaba memorable a Primoz Roglic ha acabado con su segundo abandono en la Vuelta
Algo que había en medio de la carretera, no sé si un bache o similar, acabó con el sueño lúbrico de miles de aficionados al ciclismo a este lado de los Pirineos: Valverde ejerciendo de hombre en punta para poner nerviosos a los rivales de Movistar.
Decíamos ayer, volvemos sobre lo mismo, que la etapa iba a ser clave para los grandes bloques, que para ello alinean ochos de lujo.
Movistar lo tenía claro y jugó, esta vez sí, a lo grande.
Artículo completo en El Cuaderno de Joan Seguidor