Valverde-Nairo: ¿Quién lastra a quién?

Valverde y Quintana © J. S.

La pareja Valverde-Nairo ya tiene varios capítulos detrás suyo. Aquí pasa una cosa, y es complicada y sencilla de explicar al mismo tiempo.

En el mundo de simplificación, donde todo es negro y blanco, decir que Nairo no merece ganar la Vuelta a España -como en su día no mereció ganarle el Giro a Dumoulin– no es ir ni contra Colombia, ni contra los colombianos, ni siquiera contra el propio ciclista. Es decir simple y llanamente la verdad.

Nairo Quintana rizó el rizo en los Lagos, allí donde dos años antes había ganado entre grandes campeones, y se ha llevado una merecidísima crítica de un público que aprecia, ama y respeta tanto este deporte y sus deportistas que tiene todo el derecho a expresar su opinión.

Sobre Valverde y Nairo en los Lagos

No sé sinceramente qué sería de Nairo Quintana sin Alejandro Valverde en esta Vuelta. Las declaraciones del murciano en la cima de los Lagos explicando que Nairo le pedía que tirase a por López cuando acababa de hacer el esfuerzo de meterse en el grupo de elegidos, hablan por sí solas.

Valverde corre tres carreras, la suya para la general, que poco a poco cobra sentido -y eso que dijimos que no le vemos para ganar la Vuelta-, la de cazar alguna etapa y la de Nairo un corredor que corre con el ojo en su compañero, estos días vestido de verde.

Desconocemos de dónde viene esa inseguridad de Nairo, el mismo que atacó en el Stelvio porque Gorka Izagirre estaba ahí para llevarle o el que se soldó a C0ntador camino de Formigal para descartar a Froome.

Un ciclista que atesora esta calidad, o que al menos pensamos que la atesoraba, es impensable que corra de esta manera: sacó de sus casillas a Yates como en su día hizo con Dumoulin y Nibali.

Espera que los rivales el arreglen la plana, y que le salga gratis.

Así las cosas, las hojas del calendario caen, y en la crono no va a tener a Alejandro Valverde para que le dicte lo que debe hacer.

Demuestran mil veces más personalidad Miguel Angel López y Rigo Uran, en sus limitaciones, el susodicho Nairo. Y eso es así, pueden encender más o menos la parroquia, pero es así.

Artículo completo en El Cuaderno de Joan Seguidor

Comentar

Su dirección de correo electrónico no será publicada.Los campos necesarios están marcados *

*