Que la relación entre Wout Van Aert y Nick Nuyens es mala no es ningún secreto. Una unión que parecía perfecta para el joven belga, al que el mánager del Veranda’s Willems-Crelan le creó un equipo para su mayor lucimiento tanto en el ciclocross como, sobre todo, en la ruta no tardó en verse ensombrecida por polémicas y situaciones extrañas que no han hecho más que ir a peor en esta temporada.
Es cierto, nadie puede negarlo, que Nuyens fue el único que apostó, junto al entorno más cercano del corredor, por lo que parecía un plan fracasado antes incluso de empezar: compaginar la campaña de ciclocross y las clásicas de primavera al máximo nivel. Van Aert y Nuyens se embarcaron en una aventura que muchos tildaron de demasiado ambiciosa, sobre todo para un corredor que, es verdad, había completado algunas buenas actuaciones en al ruta, pero cuyas apariciones lejos del barro se limitaban a algunas pruebas de carácter muy menor y sin la presencia de las más grandes figuras del pelotón clasicómano.
El famoso feltgate que comenzó a erosionar una relación que se presumía idílica fue únicamente el comienzo del tortuoso camino que parece cada vez más cercano a su fin. Los grandes resultados de Van Aert en las clásicas de primavera le pusieron en el punto de mira de un buen puñado de equipos World Tour y la enorme ambición del corredor, unida a su poca confianza en que el proyecto del que es mascarón de proa tenga mucho camino por delante, le llevaron a comenzar a negociar de forma paralela a las conversaciones que Nuyens mantenía con posibles patrocinadores para aumentar los ingresos de su equipo y, de esta manera, poder rodear de forma más eficiente a su jefe de filas.
Todo estalló, de forma definitiva, cuando se filtró que Van Aert había llegado a un acuerdo con Jumbo para unirse a sus filas en 2020… pero sin cerrar la puerta a un posible desembarco más temprano. Aquello sentó muy mal a un Nuyens que, por su lado, había encontrado en la firma francesa Carrefour –del mismo sector de negocios, los supermercados, que Jumbo– la tabla de salvación de su equipo con una inyección económica de un millón de euros… condicionados a la renovación de Van Aert.
Luego llegó aquel absurdo y episodio del anuncio de fusión con Aqua Blue Sport que fue rápidamente desmentido por los belgas, dejando a los irlandeses en ridículo (el equipo ha terminado desapareciendo de la peor manera posible) sino evidenciando el caos en el que vive Nuyens y, por consiguiente, toda una estructura que ahora trata de encontrar un acuerdo de fusión con el Roompot neerlandés.
Y, a todo esto, tenemos a un corredor que se encuentra ya en la fase final de su preparación de cara a la campaña de ciclocross, que se sacó de la manga una primavera de ensueño y que en sus apariciones ruteras veraniegas, enmarcadas en su preparación para el barro, ganó la Vuelta a Dinamarca (2.HC) con solvencia.
Un corredor que ha estallado ahora en las redes sociales y ha dejado claro que no está dispuesto a seguir aceptando y callando mientras ve como todo se desmorona a su alrededor y, sobre todo, cómo esto puede afectar a su carrera, llegando incluso a amenazar con un año sabático. “La comunicación es la esencia de un buen trabajo conjunto. Todo el mundo se cae ahora del guindo y yo sigo siendo el que tiene que dar respuestas sin saber nada. Esperan que yo rinda, pero ¿podré hacerlo el año que viene de esta manera?”, escribía hace sólo unas horas en twitter el campeón del mundo de ciclocross con esa referencia a un posible año sabático seguido de un emoticono que, como siempre, queda a la libre interpretación de cada cual.
Communicatie is de essentie van een goede samenwerking. Iedereen valt uit de lucht en steeds ben ik degene die men aanspreekt zonder dat ik zelf van iets weet. Ze verwachten prestaties van mij, maar volgend jaar op deze manier? #sabbatjaar 😉
— Wout van Aert (@WoutvanAert) August 28, 2018