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Van Aert reconoce que tuvo dudas sobre su triunfo / © Ciclo21
Las emociones estaban todavía a flor de piel cuando, poco después de cruzar la línea de meta del circuito de Bieles, Wour Van Aert tuvo que contestar las primeras preguntas como flamante bicampeón mundial y, por mucho que el momento fuse de suma alegría, nadie podía olvidar la rajada del pasado jueves y, como es normal, el corredor quiso reivindicarse a sí mismo y a todos aquellos que han estado junto a él de manera incondicional.
“Era como si nadie creyese en mí”, se descargaba el belga ya con el maillot arcoíris sobre el pecho. Pero, acto seguido, reconocía que esas dudas no sólo las tenían los demás. “Sinceramente, no me esperaba este título mundial”, reconocía. “Mi intención era la de ir a fondo desde el principio, pero las cosas no me salieron como yo esperaba. Por un momento pensé que todo había quedado reducido a pelear por la segunda plaza. Sin embargo, después de eso pude encontrar mi propio ritmo. Una vez que conseguí eso, renové mi moral y me convencí de que podría dar caza a Mathieu”.
El nuevo campeón del mundo concedía que “claro que he tenido suerte de que Van der Poel haya pinchado, pero yo también tuve un pinchazo, aunque en un lugar no tan malo”. Van Aert explicaba que “el pinchazo de Mathieu fue uno de los momentos decisivos de la carrera, pero es evidente que yo no podía esperar a que volviese a darme caza”.
En cuanto a la lesión que le mantuvo lejos de la bicicleta toda la pasada semana Van Aert explicaba que “he tenido que reponerme mentalmente de ello y volver a centrarme en pensar sólo en el mundial. No pude entrenar en toda la semana y tenía la sensación de que ya nadie creía en mí”.
Van der Poel: “La mayor decepción de mi carrera”
Van der Poel, inconsolable / © Sporza
Mucho menos hablador y muy afectado por lo ocurrido en Bieles se mostraba Mathieu van der Poel, que apenas podía dejar de llorar pasado mucho tiempo desde que cruzara en segundo lugar la línea de meta. “Es la mayor decepción de toda mi carrera deportiva”, aseguraba el corredor holandés, inconsolable en su tristeza.
“¡He pinchado cuatro veces!” se lamentaba. “No es nada agradable perder una carrera a causa de las averías y la mala suerte. Es la mayor decepción de mi carrera”, repetía como un mantra. Van der Poel explicaba que “de los tres primeros pinchazos he podido reponerme bien. Es más, cuando me puse a rueda de Van Aert me motivé todavía más. Cogí confianza. El problema llegó con el último pinchazo. Perdí demasiadas fuerzas. He intentado seguir peleando, pero ya no podía más. No funcionaba”.
Pese a todo, Van der Poel sabe que esta sensación será momentánea y que pronto verá esta medalla de plata de otra manera. Quizás por ello acabó reconociendo que “pese a todo lo que ha ocurrido, me he divertido en este circuito”.
