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Nada se salió del guión previsto y los dos campeonatos nacionales más importantes en el panorama europeo de ciclocross se resolvieron con triunfos de los grandes favoritos a todo. Wout Van Aert se impuso en Bélgica mientras que Mathieu van der Poel hacía lo propio en la vecina Holanda.
Tal y como se preveía, sólo Lars van der Haar fue capaz de poner en algún tipo de aprieto al actual campeón del mundo en su pelea por el título de mejor especialista de Países Bajos. El de Giant hizo todo lo que pudo y obligó al de BKCP-Corendon a emplearse a fondo durante toda la carrera para poder asegurarse el triunfo. No fue hasta tres vueltas para el final de la carrera cuando Van der Poel, tras un potente y seco ataque, fue capaz de sacar de rueda a su máximo rival y encaminarse en solitario hacia su segundo oro consecutivo en esta prueba. David van der Poel, hermano del vencedor, acabó colgándose el bronce.
Con esta, Van der Poel, que estuvo fuera de competición durante los primeros meses del invierno debido a la lesión que se produjo en una caída durante el Tour del Porvenir, suma su quinto triunfo de la campaña tras los dos obtenidos en la Copa del Mundo (Namur y Zolder), el de la puntuable para el Superprestigio de Diegem y el Druivencross de Overijse.
En Bélgica fue Wout Van Aert el que supo hacer vale en el circuito de Lille su condición de corredor local y, por lo tanto, gran favorito de los aficionados allí congregados. El jovencísimo dominador de la temporada, partía como la gran –y única– rueda a vigilar a pesar de que en aquel país, muy influenciado por el hecho de que se trate de su última campaña, la gran mayoría de aficionados se decantaban en las encuestas –no así en las casas de apuestas, donde se jugaban el dinero– por Sven Nys.
Tres vueltas. Eso es lo duraron esperanzas de todos aquellos que esperaban ser testigos de una carrera emocionante en el nacional belga. Fue en el cuarto giro cuando Niels Albert alargó un cartel en el que se podía leer “correr activamente” [traducción literal] y su pupilo Wout Van Aert lanzó su ataque para separarse del grupo de 15 corredores –en el que circulaban todos los grandes nombres– que uno a uno fueron cediendo ante su empuje.
A partir de ese momento, la carrera fue un monólogo absolutamente superior por parte del mejor especialista del año para completar lo que poco después de cruzar la línea de meta calificaría entre lágrimas como “el mejor día de mi vida” y que suma su 16ª victoria del año. Laurens Sweeck acabó segundo y Sven Nys, tercero, no pudo igualar los diez títulos nacionales de Roland Liboton. “Se merece mantener ese récord en solitario”, reconoció el Caníbal de Baal.
Mención especial merece el francés Francis Mourey que se alzó hoy con su noveno título de campeón de Francia –lleva 12 años consecutivos sin bajarse del podio– en Besançon. A sus 35 años, Mourey superó a Clément Venturini, que se tuvo que conformar con la segunda posición y a John Gadret, tercero en el podio final.
En la república Checa fue Radomir Simunek el que, por fin, se enfundó el maillot de campeón de su país después de haberse quedado a las puertas en cinco ocasiones en el pasado (consiguió la plata en 2008, 2009 y 2012 y el bronce en 2006 y 2007) mientras que en Alemania Philipp Walsleben volvió a imponerse en el campeonato germano recuperando un maillot que ya había vestido en cinco ocasiones anteriores.