Lotto reconoce su interés por Van Avermaet

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Van Avermaet, con Lotto, se impone en la 9ª etapa de la Vuelta a España 2008 / © Unipublic

Nicolás Van Looy / Ciclo21

Jim Ochowicz, manager general del BMC, nunca ha escondido que la supervivencia del equipo con licencia suiza depende, casi por completo, del empeño personal del multimillonario helvético Andy Rihs. Ya son varias temporadas las que el futuro del proyecto no tiene un horizonte más allá de un año. Un año que se va renovando por periodos de igual duración, dicen, ante la poca o nula intención de los herederos de Rihs, enfermo desde hace ya mucho tiempo, de continuar adelante con la aventura ciclista cuando él ya no esté.

Por ello, y porque tras la marcha de Tom Boonen y ante la veteranía de Philippe Gilbert (Quick Step Floors) el ciclismo belga tiene una enorme necesidad de conseguir el regreso del hijo pródigo –esta será su octava temporada fuera de Bélgica–, Paul De Geyter, mánager general de Lotto-Soudal desde el pasado mes de septiembre, se ha fijado como gran objetivo conseguir la contratación de Greg Van Avermaet para la campaña 2019.

La de Lotto, presente en el pelotón desde 1985, es una de las estructuras más longevas del ciclismo internacional, pero siempre ha estado, de alguna manera, a la sombra del más potente Quick Step Floors de Lefevere, heredero del potentísimo Mapei de los años 90 del siglo pasado. Por ello, De Geyter tiene claro que “nuestro objetivo es ser uno de los cinco mejores equipos del mundo en 2020. Tanto a nivel deportivo como estructural. Tenemos que colocarnos a la altura de Quick Step, Sky, Movistar, BMC o Sunweb”.

De Geyter es consciente que “siendo sinceros, nunca hemos tenido al sucesor de Gilbert y Van Avermaet”. El valón abandonó el proyecto tras la campaña de 2011, sólo un año después de que lo hiciera el flamenco. Ambos, por cierto, rumbo al BMC donde la cohabitación, como reconoció Van Avermaet recientemente en Ciclo 21, fue complicada.

Para rizar el rizo, De Geyter es el exrepresentante de Van Avermaet, por lo que su relación con el corredor es más que preferente. Por ello, y ante el hecho cierto de que el campeón olímpico, número uno del World Tour de 2017 y último ganador de la París-Roubaix acaba contrato en 2018 y podría estar cansado de la incertidumbre anual, De Geyter reconoce que “me insisten mucho en conseguir atraer a Greg”. Un regreso que, a sus 32 años, en Bélgica ven más cerca que nunca antes.

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