Van der Poel apuntala su dominio

La llegada del arcoíris © UCI

PRUEBA ELITE MASCULINA / DORSALES

Nicolas Van Looy / Ciclo21

La de Lignières (Francia) pasaba por ser, además de la sexta y penúltima cita puntuable para la Copa del Mundo 2015/16, la carrera en la que los mal llamados ‘outsiders’ del pelotón de la especialidad invernal del ciclismo debían de terminar de ganarse un billete para el mundial que dentro de sólo dos semanas se disputará en el circuito belga de Zolder ante lo que se espera que sea la mayor masificación de aficionadas jamás vista en un circuito de ciclocross.

Pero todos esos aficionados, belgas en su mayoría, corren un gravísimo riesgo de salir muy decepcionados de Zolder si lo que esperan es una apretadísima pelea por el triunfo final. Al menos, eso es lo que cabe pensar después de lo que hemos visto hoy en Lignières, que no ha sido otra cosa que la enésima demostración de poderío y superioridad por parte de un Mathieu van der Poel que se ha empeñado en demostrar que de no haber sido por esa maldita lesión que le aparató de la primera parte del calendario, estaría ahora en lo más alto de todas las clasificaciones habidas en este deporte.

Su maillot arcoíris comenzó la prueba muy retrasado. Apenas se metió entre los diez primeros en la primera vuelta al circuito mientras que Laurens Sweeck, uno de los hombres que aspiran con fuerza a una de las cuatro plazas que todavía no están decididas en el combinado mundialista belga, imponía el ritmo por delante. Junto a él, Lars van der Haar, el actual campeón de Europa, procuraba alejar a un Van Aert que tampoco había empezado muy fuerte, buscando recortar algunos puntos preciosos en la general de la Copa del Mundo antes de la disputa de la última prueba la próxima semana en Hoogerheide ante su propio público.

Pero todo fue un espejismo. Rodaron muy juntos durante los primeros giros hasta un total de diez corredores. Mientras que los grandes dominadores se miraban entre ellos, dejaban que los Meeusen, Sweeck, Pauwels, Vermeersch y compañía se despellejaran entre ellos con la intención de agradar al seleccionador. También se metió en ese fregado Clément Venturini, que soñaba y hacía soñar al público local con ver a un francés peleando por el podio de una prueba de la Copa del Mundo.

Todo aquello, como decimos, no fue más que el sueño de una tarde invernal. Duró esa pelea hasta que Van der Poel aceleró sin que Van Aert y Van der Haar pudieran hacer nada por evitarlo. Comenzó entonces un nuevo monólogo. Una nueva demostración. La enésima [tercera consecutiva en la Copa del Mundo] prueba de que Van der Poel y nadie más es el amo y señor de los circuitos invernales. Cuando decidió abrir hueco ninguno de sus rivales pudo frenarle. Van Aert dudó unos instantes pensando, seguramente, en no cometer ningún error estúpido de cara a la general de la Copa del Mundo y Van der Haar suficiente tenía con mantener vivas sus opciones en esa misma pelea.

Tal fue el dominio del nieto de Poulidor que a falta de dos vueltas, justo en la cima del puente, comenzó a gustarse. A hacer gestos de cara a la galería. Un saltito. Una filigrana. Una de esas cosas que sólo se hacen cuando uno está disfrutando y se sabe enormemente superior. Luego, claro, vendría el caballito final. Todo un derroche. Una declaración de intenciones. Una reivindicación, por si alguien la necesitaba a estas alturas, de que él y sólo él puede ser considerado el gran favorito al triunfo dentro de dos semanas en Zolder. Van Aert le recortó más de quince segundos en el último giro, pero lo hizo a base de rabia por separar a Van der Haar y en un momento en el que el campeón del mundo estaba dándose un homenaje con una vuelta de honor.

Uno de los grandes frutstrados del día fue Sven Nys, que admitió sentirse «como un idiota. Llevo algunas semanas conduciendo muy mal. Es algo en lo que siempre he sido muy bueno y ahora pierdo tiempo cada vez que intento ir a rueda de curva a curva. Las piernas me transmiten buenas sensaciones, pero soy incapaz de llevar bien la bicicleta”.

Llega ahora el momento de que cada país anuncie su combinado nacional para Zolder, aunque a pocos puedan importarles esos detalles teniendo en cuenta la superioridad de Van der Poel. ¿Puede alguien ganarle? Por supuesto que sí, pero no será nada sencillo. La realidad, la cruda realidad, es que la cara de Van Aert en el podio de Lignières era un fiel reflejo de lo que le debía de estar pasando en ese momento por la cabeza: ¿cómo se le gana a este hombre en racha?

CLASIFICACIÓN ELITE MASCULINA

GENERAL COPA DEL MUNDO MASCULINA

PRUEBA ELITE FEMENINA

CLASIFICACIÓN FÉMINAS

GENERAL COPA MUNDO FÉMINAS

CLASIFICACIÓN SUB-23

GENERAL COPA MUNDO SUB-23

CLASIFICACIÓN JÚNIOR

GENERAL COPA MUNDO JÚNIOR

Cuando esté disponible