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El neerlandés regresa a la competición de carretera cinco meses después © Alpecin-Feniz
Redacción / Ciclo 21
Mathieu Van der Poel participará este sábado en el primer monumento del año, la Milán-San Remo. Esta cita supondrá para el neerlandés su regreso a la competición de carretera, el cuál se vio obligado a retrasar tras sufrir una lesión de espalda en sus primeras pruebas de ciclocross a finales de diciembre. En las últimas semanas, el corredor de Alpecin había realizado entrenamientos de larga duración como preparación para su debut en la Semana Coppi y Bartali, como antesala de dos de sus grandes objetivos: el Tour de Flandes y la París-Roubaix.
La de 2022 será a tercera participación en la ‘classicissima’ tras ser 13º y 5º en los dos años previos. Los planes del equipo sobre la participación de Van der Poel en la clásica italiana han cambiado a última hora, debido al hecho de que actualmente hay un alto nivel de enfermedad en la plantilla y de lo contrario habrían tenido que empezar con sólo 6 corredores.
Después de que Van der Poel sufriera una caída el pasado otoño y de que tuviera problemas de espalda, decidió someterse a una pequeña operación en la rodilla. En lugar de competir, intentó utilizar su tiempo libre para descansar. No se entrenó, sino que se tumbó en el sofá, viendo los Mundiales de Ciclocross o algunas de las carreras del WorldTour. «Abandonar la temporada de CX fue una decisión difícil de tomar, pero creo que fue la correcta y al final he tenido el tiempo adecuado para ocuparme del problema».
El parón forzoso antes de la operación no hizo que el ciclista de Alpecin tuviera el mejor ánimo posible, algo que también sintieron sus familiares y amigos, por lo que se alegró mucho de empezar a entrenar de nuevo. «Creo que ellos también estaban contentos de que pudiera volver a entrenar. El mes pasado no fue como mis favoritos, sin duda»
Tras ello, Van der Poel se desplazó a España para un periodo especial de entrenamiento. El objetivo en Denia era mejorar la condición física. Sin embargo, esto no fue muy prometedor al principio. «No esperaba llegar a las clásicas, porque los progresos fueron muy lentos, pero luego empezaron a ir bien. Y luego, en las dos últimas semanas, di algunos pasos realmente buenos que ni yo ni el equipo esperábamos».
En Denia, se tomó la decisión de correr la Coppi Bartali con cinco días consecutivos de carrera. El plan era tener una preparación perfecta para el resto de la temporada de clásicas. «Espero estar ahí en la línea de salida e intentar sacar lo mejor de mí».
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