Si hace algunos días era Remco Evenepoel (Deceuninck-Quick Step) el que metía miedo a sus rivales al asegurar que, pese a su tiempo de inactividad, había bajado cinco kilos respecto a este mismo periodo del año de 2019, ahora ha sido Mathieu van der Poel (Alpecin-Fenix) el que, además de a través de su triunfo en el Scheldecross, ha lanzado un primer recado a sus rivales ruteros: el corredor neerlandés pesa tres kilos menos que cuando ganó la pasada edición de la Vuelta a Flandes.
En declaraciones posteriores a la que ya es su 133ª victoria como crosser, Van der Poel analizaba su buen momento de forma y, preguntado por si se había podido dejar un poco durante su periodo de descanso, sentenciaba que “estoy justo tres kilos por debajo de mi peso cuando gané la Vuelta a Flandes”, aunque también añadía que “en las clásicas no siempre estoy en mi peso ideal”.
El campeón del mundo de ciclocross explicaba que “siempre estoy más fino en el invierno por el tipo de entrenamiento que hago. Ahora corro y hago trabajo intensivo pensando en el ciclocross y eso hace que, sin buscarlo, esté un poco más fino que en verano. Para una carrera de más de seis horas tienes que tener un poco más. Algo en la reserva”.