El pasado miércoles todo parecía ir sobre ruedas. Tras anunciar que retomaría los entrenamientos a modo de test y que, en función del dolor y las molestias que sufriera en esa sesión, decidiría si era oportuno pasar por el quirófano (y, por lo tanto, afrontar una muy larga temporada de inactividad) o no, el campeón del Mundo de ciclocross, Mathieu van der Poel, dio una gran noticia: no había sufrido dolores y, por lo tanto, no se sometería a intervención quirúrgica alguna. El regreso a los circuitos, por lo tanto, se produciría esta misma semana, tras descartar su presencia en la inaugural del Superprestigio en Gieten.
Pero la situación sufrió un cambio de 180º en apenas dos días. Tras retomar los entrenamientos durante dos días, las molestias volvieron a su rodilla derecha y, por fin, el corredor y su equipo tomaron la única decisión que a estas alturas quedaba: pasar por el quirófano.
Van der Poel se operó el pasado sábado en Herentals y, tras pasar el domingo ingresado, ya ha sido dado de alta. Tanto el corredor como sus médicos son optimistas a nivel físico ya que la intervención ha salido según lo previsto y todos apuestan a que los problemas de inflamación de la articulación ya han desaparecido. Cosa muy distinta, claro, es la situación deportiva, ya que ahora Van der Poel debe afrontar un periodo de absoluta inactividad (que se sumará al largo tiempo que ya lleva) de tres semanas.
Así las cosas, y siempre en el mejor de los casos, no veremos al maillot arcoíris en los circuitos hasta principios del mes de noviembre. Pero una cosa será el regreso y otra muy distinta la capacidad de ser competitivo y contestar el absoluto dominio de Wout Van Aert, que en estas primeras carreras del año no ha tenido rival.
Así pues, los únicos objetivos que le quedarán al holandés en esta campaña 2015/2016 serán intentar no salir de vacío gracias al Nacional y, sobre todo, al Mundial de Zolder.
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— Mathieuvanderpoel (@mathieuvdpoel) octubre 3, 2015