Mauro Vegni está on fire. El máximo responsable de, entre otras, el Giro de Italia está sacando estos días, después de terminar todos sus compromisos competitivos de la temporada, para dar su opinión sobre los diferentes frentes que se le han ido abriendo en esta campaña pandémica.
Si ayer aprovechó para saldar cuentas con aquellos que trataron de parar el Giro de Italia, especialmente Jumbo-Visma y EF, hoy ha sido el turno para los responsables políticos que se negaron a acoger en sus municipios la Milán-Sanremo.
Vegni ha explicado a IVG que la región de Riviera di Ponente queda vetada tanto para la Classicissima como para el Giro en las tres próximas ediciones. Todo, como consecuencia de la negativa de los alcaldes de la región a que la Milán-Sanremo atravesara sus municipios el pasado mes de 8 de agosto como medida de prevención, en plena temporada turística, de nuevos rebrotes que pudieran poner en peligro la economía local.
De esta manera, La Primavera, si es que finalmente se puede disputar en sus fechas habituales el próximo año, volverá a apostar por el recorrido trazado para 2020 que, además, parece haber sido de agrado de los organizadores.
Tampoco el Giro, que apunta a una edición en suelo italiano, tocará la región. La venganza de Vegni no sólo afectaría a las ediciones de 2020 de sus carreras, sino que, si el máximo responsable de RCS cumple su amenaza, el veto se prolongaría durante dos campañas más, es decir, 2022 y 2023.