La historia de los velódromos de la ciudad de Barcelona

Estado actual del Velodromo d’Horta. © TimeOut.es

Carmelo Esteban /Trackpiste/ Ciclo21

(Colaboración de lujo no solo por el tema y su pormenorizado desarrollo, sino por el autor, Carmelo Esteban, un hombre con una amplia trayectoria en el ciclismo en pista desde bastantes perspectivas, pero sobre todo un amigo y compañero de muchas batallas ciclistas. Fort aplaudiment!

La afición por el ciclismo comenzó a crecer en Barcelona en la década de los 80 del Siglo XIX. Las bicicletas eran un artículo de lujo, pero se iban popularizando en la ciudad. Nacieron sociedades velocipedistas, incluso salió a la luz una revista especializada: ‘El Ciclista’. Como consecuencia de aquel impulso se promovió la construcción del primer velódromo de la ciudad, que se ubicaría en la Ronda de Sant Pere, confluencia con la calle Girona, en el centro de Barcelona.

El velódromo se edificó con carácter provisional, con gradas y una pista de 333,3 metros de cuerda, y en octubre de 1892 quedaba listo para celebrar ‘Grandes Carreras Internacionales de Velocípedos’, con motivo de conmemorar el V Centenario del Descubrimiento de América. El programa de competiciones, entre los días 6 y 11 de aquel mes de octubre, incluía carreras: “…de carácter local, peninsular, 500 metros para señoritas y pruebas internacionales, donde participan los franceses Fournier, recordman del Mundo, y Medinger, campeón de Europa…”, explican las hemerotecas de aquellas fechas.

1893 – 1910. Velódromo de La Bonanova

Velódromo de La Bonanova (Fuente: barcelonasportiva.blogspot.com)

Aquel primer velódromo de la Ronda Sant Pere se desmontó, como estaba previsto, y entre el colectivo ciclista de la ciudad creció la inquietud por disponer de un velódromo adecuado y permanente. A tal efecto, se constituyó la Sociedad Fomento del Sport, que concretó la compra de unos terrenos en el Turó de Modolell, en el barrio de La Bonanova de Sant Gervasi de Cassoles, en la parte alta de la ciudad. Para financiar el proyecto, presupuestado en 30.000 pesetas, se aprobó la emisión de 400 acciones de 100 pesetas.

La instalación contaba con pista de cemento de 400 metros, además de diferentes tribunas y servicios. Fue inaugurada en septiembre de 1893, coincidiendo con las Festes de la Mercè, patrona de la ciudad. Casi un año después, en julio de 1894, las páginas del diario ‘La Vanguardia’ narraban: “…el sportman Antonio de Sard establecía el récord español de la hora sin entrenador, con una marca de 32 kilómetros y 415 metros”.

Sin embargo, la actividad ciclista se fue desvaneciendo en el velódromo, y solo queda constancia de algún curioso desafío entre ciclistas y jinetes a caballo, o una última competición en la primavera de 1898. La pelouse del recinto, de hierba, quedó entonces para el uso de otros deportes: como tiro, críquet, tenis y, sobre todo, el emergente ‘foot-ball’, gracias a la amplia colonia británica de la ciudad. De hecho, allí disputó su primer partido el Fútbol Club Barcelona, el 8 de diciembre de 1899; un amistoso que acabó con derrota por 0 a 1 frente a un combinado de residentes británicos. El equipamiento fue cayendo en desuso, poco a poco, hasta que en 1910 desapareció.

El velódromo de La Bonanova coincidió en sus primeros años con la pequeña pista del Edén-Cycle, situado en la calle Consell de Cent, entre Muntaner y Aribau. Un elitista club “…montado con el mayor lujo y confort, el esmerado servicio y bien surtida biblioteca con el bello aspecto que le dan los cuidados jardines que le rodean, junto con la preciosa tribuna que tiene con vistas a la pista…”, describe un anuncio de prensa de la época. En 1899 se pierde el rastro de este recinto.

1901 – 1910. Una década de velódromos efímeros

Velódromo Parc de Sports, plano (Fuente: barcelofilia.blogspot.com)

Durante la primera década del Siglo XX se construyeron hasta cuatro velódromos en barrios céntricos de Barcelona, todos ellos de vida efímera. Primero, el velódromo de la calle Aragó, entre Muntaner y Casanovas, de tierra compactada y 250 metros de cuerda. Inaugurado en junio del 1901 para cesar la actividad en 1903. Luego en 1904, se levantó el del Parc de la Ciutadella. Tenía dos rectas de 100 metros unidas por dos curvas peraltadas en madera y se desmontó a finales de aquel mismo año

Después, entre 1907 y 1910, funcionó la pista de Las Arenas, de tierra compactada, ubicada en la calle Vilamarí, entre Aragó y València. No confundir este último con la cercana plaza de toros del mismo nombre, donde también se disputó alguna competición años después, mediante la instalación de una pista desmontable.

Por último, se edificó el Velódromo Parc de Sports, en un espacio que hoy delimitan las calles Muntaner, París, Londres y Casanova -actualmente existe allí el Bar Velódromo-. Inaugurado en marzo de 1909, a iniciativa del ciclista belga Víctor Tourón, contaba con pista de madera y 285 metros de cuerda, siguiendo el diseño de los mejores velódromos europeos de la época. “….La pista es muy rápida, nunca se habían alcanzado hasta ahora en Barcelona las velocidades que consiguieron, tanto Lehmann en bicicleta entrenado por una moto de 20 HP, como Baudelocque, que alcanzó un promedio de 102 kilómetros a la hora, según nuestros cálculos…”; con este entusiasmo relataba ‘El Mundo Deportivo’ las bondades del nuevo velódromo.

A pesar de la euforia inicial, el equipamiento fue traspasado un año después, y derribado en 1911, para convertirse en un estadio de fútbol. El Parc de Sports, sin embargo, tiene una relevante cita histórica, ya que celebró la primera maratón atlética del Estado español, el 30 de enero de 1910.

1909 – 1932. Los velódromos de Sants: El Cubell y El Nou Velòdrom

Velódromo El Cubell (Foto: Josep Maria Co i de Triola/AFCEC

La gran tradición ciclista del barrio de Sants impulsó varios proyectos. En un solar de la calle Migdia -actual Rossend Arús- ya se celebraban competiciones en una pista improvisada de 200 metros y piso de tierra. Pero el espacio resultaba insuficiente y motivó la construcción del Velòdrom de la Bordeta, conocido popularmente como ‘El Cubell’ debido a sus reducidas dimensiones: 133 metros de cuerda y 3 metros de ancho. Situado en la calle Sant Jordi, entre el mercado de Sants y las vías del tren, el recinto se inauguró en abril de 1909 y fue testigo de algunas citas históricas, como el final de la primera edición de la Volta a Catalunya: “La llegada de la gran carrera ciclista Vuelta de Cataluña se supone tendrá lugar desde las tres de esta tarde, siendo el punto designado para ello el Velódromo de Sans”; publicó ‘La Vanguardia’. Pero ‘El Cubell’ también acogió otras pruebas más genuinas del ciclismo en pista, como las 24 horas que se disputaron entre los años 1917 y 1924.

A finales de 1925, el pequeño velódromo dejó paso a otro más grande y moderno en el barrio, El Nou Velòdrom de Sants, fruto de las gestiones de la Secció Ciclista de la Unió Esportiva Sants. Para financiar el proyecto se emitieron bonos que oscilaban entre 10 y 1.000 pesetas y, así, el nuevo equipamiento fue edificado junto al parque de Can Mantega, en la calle Rolanda -actual Violant d’Hungria-, e inaugurado en diciembre de 1926. Su pista, de 250 metros de cemento y peraltes de madera, fue escenario de diferentes eventos, incluso algún Campeonato de España de velocidad y de medio fondo, hasta su cierre en 1932

1942 – 1964. Velódromo de Gracia y el Pabellón del Deporte

Pabellón del Deporte, cartel 6 Días
(Fuente: Ilustració Catalana)

En mayo de 1942 se inauguró el velódromo del Club Ciclista Gracia. Una pista de tierra compactada y curvas peraltadas, alrededor del campo de fútbol del Guinardó -conocido entonces como Camp dels Cuartels-, ubicado entre las calles Encarnació y Lepanto.

Entre los años 1951 y 1953 se disputaron diversos campeonatos de Catalunya y de España, amateur y profesional, en las modalidades de velocidad, persecución y medio fondo. Finalizando la década de los 50, el ciclista Santiago Mostajo adquirió la instalación y, tras renovarla, se mantuvo abierta hasta finales de 1964, rebautizado como Velódromo Mostajo.

La actividad del velódromo de Gracia rivalizó durante un tiempo con la pista del Pabellón del Deporte, mucho más céntrico, ubicado en la esquina de las calles Llançà y Gran Vía. El Pabellón -descubierto-, disponía de un espacio central de cemento dedicado a todo tipo de deportes y una pista de 200 metros para ciclismo, sobre la cual se montaban gradas suplementarias cuando convenía duplicar el aforo para otros espectáculos -de 7.000 a 12.000 espectadores-. En 1951 acogió el Campeonato de España de velocidad y persecución para profesionales, y los años siguientes se celebraron dos ediciones de los Seis Días de Barcelona, que enfrentaron a las grandes figuras nacionales e internacionales del momento: Poblet, los hermanos Timoner, Van Steenbergen, Koblet, Kübler…

En pleno apogeo de la instalación hubo intención de techarla, pero finalmente se optó por construir un recinto deportivo nuevo, cercano a este -aunque sin pista para ciclismo-, y, en 1955, el viejo Pabellón del Deporte se reconvirtió en un canódromo.

1984 – 2020 Velódromo Municipal d’Horta-Miquel Poblet

Transcurrieron 20 años sin velódromo hasta que Barcelona volvió a recuperar una instalación para el ciclismo en pista: El Velòdrom Municipal d’Horta. La construcción del edificio, obra de Esteve Bonell y Francesc Rius, obtuvo el premio FAD de arquitectura; mientras la pista, de 250 metros y piso de madera del Camerún, fue diseñada por el especialista alemán Herbert Schürmann.

Velódromo d’Horta, Juegos Olímpicos (Fuente: COOB’92)

Se inauguró en agosto de 1984, con motivo del Campeonato del Mundo, y tras la celebración de las pruebas de pista de los Juegos Olímpicos de 1992 el velódromo quedó un tanto olvidado. Sin embargo, en la actualidad -rebautizado con el sobrenombre de Miquel Poblet-, ha recuperado una amplia actividad y se celebran competiciones como el Trofeu Internacional Ciutat de Barcelona de pista. También alberga las oficinas de la Federació Catalana de Ciclisme, acoge la Escola Municipal de Ciclisme, y es sede de diferentes clubs de la ciudad, que mantienen activa tanto la pista como el circuito anexo de BMX.

Disponer de una pista cubierta siempre fue el anhelo del ciclismo barcelonés y catalán. El velódromo de Horta no se techó en un principio porque la normativa de los JJOO obligaba entonces a desarrollar las competiciones de ciclismo en pista al aire libre. Sin embargo, la aspiración de techarlo podría haberse convertido en realidad tras la disputa de la Copa de Europa de pista del año 2009. Pero eso, ya es otra historia.

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