Elia Viviani reconoce que “cuando salí con la bicicleta a la calle parecía la primera vez”. El corredor italiano de Cofidis, como tantos de sus colegas en el pelotón internacional, ha retomado ya los entrenamientos para tratar de prepararse de la mejor manera posible para la intensa temporada que tiene por delante y en la que el Tour de Francia será su principal objetivo.
En una entrevista concedida al Corriere della Sera, Viviani reconoce que lo que peor ha llevado durante este confinamiento ha sido la falta del “espíritu de equipo, la competición. Levantarse por la mañana sin un objetivo es muy pesado. Por la noche estaba acostumbrado a ir a la cama pensando en una etapa favorable para mí o en una clásica para ganar”.
Una clásica que, en su caso, podría ser la Milán-Sanremo, una carrera que, aunque prevista para el día 8 de agosto, sigue sin tener clara su fecha ya que desde Italia siguen insistiendo en un cambio de última hora. “rehice el programa varias veces mientras cambiaba el calendario, pero el objetivo sigue siendo la meta de la Via Roma. Con la idea de llegar el 8 de agosto sin carreras y veinte días después del Tour sigo siendo escéptico, por lo que sería mejor correr el día 22. Seguimos esperando a tener noticias oficiales”.
En cuanto a las grandes vueltas, Viviani explica que no puede obviar el hecho de que “este año soy uno de los líderes de Cofidis, un equipo francés. La prioridad es el Tour. Pero me gustaría volver al Giro con el espíritu de 2018: a tope de principio a fin y con la maglia ciclamino”.
Viviani confiesa que “he salido del confinamiento con tres kilos de más. Como en invierno. Me había dado a mi mismo el límite de cinco porque, a partir de ahí, se hace muy difícil volver al peso ideal. Ahora, tras los primeros entrenamientos, ya me siento mejor”.
Pensando más allá de este extraño 2020, Viviani confiesa que su mente también está puesta en los Juegos Olímpicos de Tokio, aunque reconoce que “la pista es un proyecto que inevitablemente se ha ralentizado, pero pronto me gustaría reanudar los entrenamientos en el velódromo de Montichiari. Los Juegos Olímpicos son un objetivo extraño: sin las Copas del Mundo este invierno, corremos el riesgo de llegar allí solo con el Europeo en las piernas … Será una sensación extraña no tener un punto de comparación con los rivales antes de Tokio”.