Voskamp y Blijlevens transportaron EPO desde Murcia

Blijlevens (centro) y Voskamp (derecha) © sport.be

Blijlevens (centro) y Voskamp (derecha) © sport.be

Nicolás Van Looy  /  Ciclo 21

Pasarán años. Parece que muchos. Demasiados. Caerán las hojas del calendario y el Tour de 1998 no se olvidará. Costará mucho. Cada vez que aquel año de la infamia, el que supuso el inicio de la apertura de la Caja de Pandora, parece desvanecerse en el olvido, alguien sale a la palestra para recordarnos que aquello existió. Que fue real. Quizá, mucho más real de lo que parecía entonces y de lo que queremos recordar ahora.

La mayoría de los corredores de aquella generación –de los que fueron cazados, claro– han reconocido el uso de sustancias prohibidas. Confesaron en televisiones, radios, periódicos y libros. En la mayor parte de los casos, se mostraron como víctimas. Aquello era normal y se lo servían en bandeja. No se podía mirar hacia otro lado porque te pasaban por encima. Lo que no es tan normal es que aquellos corredores reconozcan que no sólo eran unos tramposos, sino que también participaban en el entramado de compra y distribución de los productos.

Jeroen Blijlevens y Bart Voskamp han dado el paso. El primero ya reconoció el pasado año que había recurrido a sustancias dopantes durante su carrera deportiva. El segundo, hasta ahora, lo había negado una y otra vez.

En marzo de 1998 un camión del equipo TVM fue detenido y en su interior se hallaron 104 ampollas de productos prohibidos. La noticia, sin embargo, se hizo pública tres meses más tarde. Durante el Tour.

Voskamp ha reconocido ahora que “por desgracia, es cierto que parte de esas ampollas eran para mí. Desgraciadamente los usé, sí. En un determinado momento, ya no tuve otra opción. De lo contrario, debería de haber dejado de vivir el ciclismo, una pasión de la que estaba enamorado”.

Ese camión venía de recoger su cargamento en Murcia. Ahora, por primera vez, Blijlevens reconoce que compró allí la EPO y que fue él mismo quien la metió en el camión. Según el ex corredor, Cees Priem –que tras el escándalo del Tour de Francia llegó a estar preso–, director deportivo del equipo, no tenía conocimiento de todo aquello. “Me sorprendería mucho que Cees [Priem] estuviera al tanto de todo aquello”.

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