Llegó el momento de la gran cita del ciclismo español. La Vuelta a España de 2016 será, de nuevo, una carrera en la que se den cita los que suspendieron en julio, los que se la fijaron como objetivo desde el inicio de la temporada y, claro está, esas jóvenes sorpresas que en cada edición irrumpen en el circo vueltómano del ciclismo y que, con casi toda seguridad, se convertirán en nombres habituales de crónicas y previas a partir del inicio de la campaña de 2017, vistan los colores que vistan.
La Vuelta, cuya participación completa se acabará de conocer en las próximas horas, repite un trazado marcado por esa seña de identidad que despierta odios y pasiones a partes iguales y que, como todo en este país, divide a la parroquia en acalorados debates y no menos intensas descalificaciones a los planteamientos de la parte contraria.
Un recorrido que ahora mismo, a falta de pocas horas para que se dé el pistoletazo de salida de la 71ª edición de la ronda española, arroja un complicadísimo pronóstico a la hora de señalar favoritismo o pronósticos. Como siempre, habrá una nómina de grandes favoritos al triunfo, de la que nos ocuparemos cuando la salida esté más próxima, y un elenco de corredores que, bajo la marca genérica de outsiders pueden aspirar a todo, aunque confeccionar esta lista sea una tarea complicadísima y resultante de aplicar baremos de ciclismo-ficción a una realidad todavía por conocer.
En Ciclo21 hemos querido marcar con esta marca de grandes aspirantes a cinco corredores que, tras haber demostrado que sus piernas pueden desarrollar los vatios suficientes como para estar con los mejores, deben de demostrar ahora que sus cabezas y, sobre todo, sus organismos son capaces de afrontar un esfuerzo tan exigente como suponen tres semanas rodando y prestando al más alto nivel sin opción alguna de dar un traspiés.
Uno de los hombres que estará más vigilado será el británico del Caja Rural Hugh Carthy, considerado por muchos como el mejor vueltómano británico jamás visto a una edad tan temprana. El año que viene dejará el conjunto español, incapaz, por motivos obvios, de retener a sus grandes talentos y debutará en un equipo World Tour de la mano del Cannondale-Drapac, donde quieren tallar este diamante en bruto que, al contrario que la mayoría de sus compatriotas, se salió del manto protector de British Cycling y eligió el camino más complicado y que ahora, a sus 22 años, le ha llevado a esa aventura en la que el Tour de Francia se nombra sin disimulo como una meta posible dentro de algunos años.
Pero para llegar allí Carthy deberá de comenzar a dar pasos firmes en su primera participación en una gran vuelta. En el Caja Rural tendrá, sin duda alguna, toda la libertad del mundo para conseguirlo. La tendrá por dos motivos principales. Primero, porque en el conjunto español será la carretera de la durísima primera semana la que asignará roles y galones y, sobre todo, porque con su estupendo 2016 se ha ganado el derecho, al menos, de ser incluido en estas listas de outsiders.
Caso distinto al de Carthy es el del americano del BMC Tejay Van Garderen, que afronta su enésimo intento de brillar en una gran ronda. Protegido de Jim Ochowicz, la gran duda radica en conocer cuánta paciencia le queda al mánager estadounidense para con su compatriota, el eterno aspirante a todo que por el momento ha encontrado su techo en el quinto puesto obtenido en el Tour de Francia por duplicado (2012 y 2014), pero al que consistentemente vemos lejos del top 10.
Inédito desde que terminara la Grande Boucle, Van Garderen es una incógnita enorme que tendrá a su lado –quién sabe si como primer rival– a un Samuel Sánchez que ya avisó durante la concentración invernal que la ronda española sería su gran objetivo.
Un caso muy similar es el de Andrew Talansky (no confirmado todavía a estas alturas) que capitaneará al Cannondale-Drapac en su primera gran vuelta del año. Desde que en 2012 irrumpiera en el panorama vueltómano con la séptima posición en la Vuelta a España, Talansky ha sido, como su compatriota Van Garderen, tremendamente irregular en sus prestaciones. Se le han atragantado constantemente las tres semanas y ahora deberá de demostrar que puede seguir siendo la apuesta clara de su equipo a partir del próximo año cuando se añada a sus filas el ya mencionado Carthy.
Con la juventud por bandera y una impresionante Vuelta a Suiza a sus espaldas, el vencedor del Tour del Porvenir de 2014, Miguel Ángel Súperman López tomará el relevo de Fabio Aru al frente del Astana. El italiano, vencedor el pasado año, ha optado por no defender ese dorsal número 1 que ahora pasará a manos de Alejandro Valverde y a sus 22 años Súperman López se ve ante la gran oportunidad de su vida: capitanear a una de las escuadras más potentes del World Tour en una gran ronda.
Pensar en que pueda subir a lo más alto del podio de Madrid se antoja realmente complicado, pero el de Boyacá, que debuta en una vuelta de tres semanas, ya ha asegurado que no teme al enorme reto que tiene por delante y sabe que esta podría ser un momento clave para demostrarle a Astana que no tiene que ir a buscar fuera al relevo de Vincenzo Nibali.
Para cerrar este repaso de outsiders lo haremos con el que marca esa imaginaria línea entre los grandes favoritos y los aspirantes: el holandés Steven Kruijswijk, al que aquella caída en el Giro de Italia le costó el triunfo y, seguramente, una mejor consideración en esta lista. La dificultad para los no neerlandeses de pronunciar su nombre, la caída que le costó la corsa rosa y la cruel retranca y humor del ciclismo le han valido al jefe del LottoNL-Jumbo el sobrenombre de Crashbike, pero lo cierto es que a sus 29 años y después de tres top10 en vueltas de tres semanas (todos en el Giro), su regreso a la Vuelta a España se observa con expectante curiosidad en Países Bajos y, en realidad, en todo el Planeta Ciclismo. Ha elegido, tras recuperarse del golpe físico y anímico, competir poco y entrenar mucho. Lo ha querido él así para preparar una Vuelta a España en la que no se conformará con venir a pasear. Quiere hacer algo grande. Quiere, sin duda, resarcirse de aquel momento que le granjeó, además de un mote, el cariño y el respeto de todos los aficionados.
La Vuelta, además, tiene por costumbre servir de trampolín de lanzamiento de nuevas figuras que parecen surgir de la nada –al menos, para el gran público– y que convertirán este ejercicio de predicción en incompleto –o completamente erróneo, eso se verá– cuando dentro de poco más de tres semanas lleguemos a Madrid con los deberes más o menos hechos.