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Un momento de la presentación / © PhotoGomez Sport
Nicolás Van Looy / Ciclo21 – Moraira (Alicante)
El camino que obligatoriamente ha tenido que atravesar la caravana de la Vuelta a España hacia Moraira, enclave costero alicantino donde esta tarde se han presentado los 22 equipos y 176 corredores que serán los protagonistas de esta 74ª edición de la ronda española presentaba, en los pocos kilómetros que separan su orilla mediterránea del interior, una sucesión de distintos paisajes que, de alguna manera, anticipan lo que será el viaje por buena parte de la geografía de la España peninsular que el sábado arranca.
Desde el bosque más típicamente mediterráneo hasta la azul costa, pasando por los campos de uva moscatel de Alejandría, con la que se elabora el típiquísimo vino dulce de la zona, los constrastes son todos los que pueden dar esas pocas decenas de kilómetros que, en sólo unos días, comenzaremos a contar por cientos y, al final de la aventura, habrán sumado unos pocos miles a los cuentakilómetros de cada cual.
Sin rastro ya de los los daños ocasionados, hace apenas dos días, por las lluvias caídas en el día de verano más prolífico en este sentido en la provincia de Alicante desde que se iniciaron los registros hace 60 años y con la ya confirmada ausencia del ganador del Giro de Italia, Richard Carapaz, el Castillo de Moraira fue viendo pasar a todos y cada uno de los hombres llamados a hacernos disfrutar, sufrir, emocionarnos, alegrarnos, entristecernos y, por supuesto, enfadarnos durante los próximos 21 días.
Alejandro Valverde, portador del dorsal número 1 de esta Vuelta a España, el mismo que tenía reservado para su malograda segunda presencia en el Giro de Italia, fue, no cabe duda, el hombre más aplaudido de una tarde en la que lugareños y turistas, algo despistados por el espectáculo que se les vino encima en lo que debía ser un día normal de playa en las postrimerías vacacionales, volvieron a demostrar lo que Chris Froome, que hoy recibía su maillot rojo como ganador de la edición de 2011, explica mejor que nadie: “Los aficionados son tan apasionados por el ciclismo. Celebran la carrera y cuando pasamos animan a todos los corredores. Da igual la nacionalidad”.
El ya mencionado Valverde, Nairo Quintana, Steven Kruijswijk, Primož Roglič, Jakob Fuglsang, Miguel Ángel Superman López, Rigoberto Urán, Rafal Majka, Esteban Chaves o Fabio Aru encabezaron un desfile de nombres que, de forma precipitada y sorprendente, añadió el de David De la Cruz a primera hora de la mañana de hoy, cuando Ineos, sin que por el momento haya mediado explicación sobre las circunstancias que han llevado a los británicos a tomar esta decisión, cambió de planes e incluyó al catalán en sustitución del francés Kenny Elissonde.
La Marina Alta, comarca en la que se enclava Moraira, volverá a vibrar con la Vuelta a España, esta vez ya en plena competición, el próximo domingo, cuando los corredores enfrenten la primera etapa en línea entre Benidorm y Calpe, con un paso por el siempre complicado Puig de Llorençà –previo paso por Confrides y Benilloba– y después de que todo eche a rodar, el sábado, en las Salinas de Torrevieja con una contrarreloj por equipos en la que Dimension Data abrirá el fuego a las 18:56 y Movistar será el último equipo en salir a las 20:20.
Un día, el sábado, donde uno de los 176 corredores que hoy han pasado por la tarima de Moraira mutará su maillot habitual, azul, amarillo, blanco o del color que sea por el rojo más buscado de esta carrera a caballo entre agosto y septiembre. El rojo que hoy, en Moraira, espera todavía tan lejano en la cima más importante de esta 74ª edición de la ronda española: el podio de la Plaza de Cibeles de Madrid.
