Vuelta España: La previa

Carapaz, Roglic y Carthy © Unipublic

Daniel Montes / Ciclo 21

Se acerca el final de temporada y con él, la disputa de la última gran vuelta del año. Aún en un contexto de pandemia, pero con una situación mucho más favorable en el país, la Vuelta a España recupera su calendario habitual en la última parte del verano tras el cambio de fechas obligado del año pasado. La no coincidencia con el Giro de Italia permitirá ver sobre las carreteras de nuestro país a varias de las grandes estrellas de nuestro país. El vigente campeón, Primoz Roglic, tratará de lograr un triplete consecutivo histórico, pero hombres como Bernal o Landa, ávidos de competición tras no participar en el Tour, no se lo pondrán nada fácil. Quien no acudirá a la prueba será un Tadej Pogacar necesitado de reposo tras una exigente temporada.

 

 

El exsaltador de esquí, tras su exhibición en la contrarreloj de los Juegos Olímpicos, ha recuperado la confianza que le arrebató, en parte, un duro Tour de Francia que no llegó a concluir por culpa de las caídas. Su equipo, Jumbo-Visma, volverá a ser una de las escuadras destinadas a controlar la carrera, aunque no podrá contar con el polivalente Van Aert. Roglic se encomendará a la veteranía de Gesink y Kruiswijk, y a la precocidad de Kuss, Oomen o Bouwman, al mismo tiempo que cruza los dedos para que todo salga según su libro de ruta.

El bloque antagónico de los amarillos y los otros grandes favoritos –en plural por sus numerosas bazas- será el del actual campeón olímpico, Richard Carapaz, que estrenará sus colores dorados compartiendo liderato con el ganador del Giro de Italia, Egan Bernal. La carretera pondrá a cada uno en su sitio, e incluso podría dar opciones a un Adam Yates que parece recuperado de la caída sufrida en el inicio de la Vuelta a Burgos. Otro de los alicientes en el equipo de Brailsford será seguir de cerca el debut en una gran vuelta de Tom Pidcock y comprobar cómo si sigue el camino marcado por Van Aert en la alta montaña.

Las opciones españolas vuelven a estar representadas por los dos escaladores del momento. Por un lado, Mikel Landa, quien regresó a las carreteras llevándose el maillot morado de la Vuelta a Burgos. El alavés terminó con mal sabor de boca su breve paso por el Giro y quiere demostrar que podía haber quedado entre los mejores en aquella prueba. Bahrain trae a la Vuelta todo su arsenal para escoltar al de Murguía con una ristra de nombres que encabezan Caruso, Padun o Poels, candidatos a todo.

Su contrapartida local será Enric Mas, que volverá a compartir liderato con un Miguel Ángel López que acaba de renovar su contrato con el equipo telefónico por dos años más. Una nueva prueba de fuego para ambos, con la presión de brillar en casa, y escoltados por el bloque ‘ibérico’ de compañeros en el que se ha ganado un puesto Johan Jacobs. Alejandro Valverde disputará su decimoquinta ronda española, pero la carretera dirá si centra su lucha en buscar un top-10 o en ganar una etapa que se le resiste en los últimos tiempos.

Por si esto fuera poco, la nómina de favoritos para la general crece si miramos a otros equipos, comenzando por una de las figuras que subió al podio de Madrid hace un año, Hugh Carthy, reciente vencedor en las Lagunas de Neila. En dicha carrera también se reivindicó hace unos días Romain Bardet, que en su nuevo equipo –DSM- culminó un buen Giro y quiere hacer lo propio en la Vuelta. Tampoco debemos dejar de vigilar a un Aleksandr Vlasov que rozó el tercer cajón del podio en la corsa rosa y que llega aquí acompañado del bloque español de Astana, preparados para ganar una o varias etapas.

Cierran esta nómina de escaladores Guillaume Martin, tras un Tour con algunos altibajos, Fabio Aru, en su último baile antes de una pronta retirada profesional, Giulio Ciccone, en una clara proyección ascendente, Rafal Majka y David de la Cruz, ‘librados’ de tener que trabajar en esta ocasión para Pogacar, Lucas Hamilton, que ha dado buena imagen en pruebas de una semana o algunas perlas de Deceuninck como Bagioli, quien poco a poco se recupera tras la lesión sufrida a principios de año o el debutante Mauri Vansevenant.

En la lucha por el sprint aparecen más nombres de los habituales en años anteriores, debido a la apuesta de La Vuelta por incluir más llegadas propicias para hombres rápidos. Matthews y Philipsen parten como favoritos, tras un Tour que no logró saciar su hambre de victoria. Junto a ellos parte un Arnaud Demare que abandonó el Tour antes de lo previsto por un fuera de control y que deberá tener cuidado para no sufrir el mismo castigo, así como Fabio Jakobsen, que disputa su primera gran vuelta tras su grave caída. Finalmente no acudirá Caleb Ewan, pero sí otros grandes velocistas, como un Matteo Trentin que ya sabe lo que es ganar por partida múltiple en esta prueba. Completarán la pelea en las volatas Venturini, Cimolai, Mezgec o el local Aberasturi.

El vasco quiere volver a dar a su equipo, Caja Rural, una victoria como la lograda este año en Eslovenia. Su bloque lo encabezan Jonathan Lastra o Julen Amézqueta como principales valedores en la montaña. Los otros dos españoles invitados también quieren aprovechar esta carrera que no deja de ser su principal objetivo del año. Mikel Bizkarra liderará a un Euskaltel-Euskadi en el que Maté o Lobato deben aportar su experiencia a los debutantes Soto, Martín o Azparren. Por su parte, Burgos-BH se encomienda a sus grandes figuras, como son Madrazo, Bol, Rubio o un Dani Navarro que fichó hace tan solo unos meses para dar un salto de calidad al equipo. Además, Izquierdo da la oportunidad a jóvenes como Canal o Pelayo Sánchez de debutar en una gran vuelta, algo que también hará el triatleta Okamika.

La vuelta de las catedrales partirá precisamente de Burgos, con tres etapas por la provincia que prácticamente enlazan con las disputadas hace unos días en la prueba local. Una breve, pero explosiva contrarreloj en el casco histórico de la capital burgalesa dará el pistoletazo de salida a la prueba. Una doble ascensión al alto del Castillo y un circuito con partes técnicas marcarán las primeras diferencias. Tras ello la carrera volverá a finalizar en el barrio de Gamonal, lugar habitual de llegadas al sprint en la ronda española hace apenas una década. La subida a Picón Blanco, reconocida por varios ciclistas en la Vuelta a Burgos, hará la primera criba de cara a la general.

La carrera se dirigirá entonces hacia la costa valenciana previo paso por Castilla-La Mancha. En Molina de Aragón y Albacete dispondrán de su oportunidad los hombres rápidos siempre que el viento lo permita y una vez que la ola de calor que azota el país haya remitido. En la sexta jornada llegará el primero de los ‘muritos’ característicos de La Vuelta, con la subida a la Montaña de Cullera. Hombres como Aranburu o Valverde se presentarán como serios candidatos al triunfo. El pelotón se dirigirá entonces más al sur para disputar la primera jornada con un encadenado montañoso. No serán ascensiones de máxima dificultad para los favoritos a la general, pero servirán para hacer la selección previa a la subida al Balcón de Alicante, una de las subidas inéditas de esta edición.

Tras una etapa costera con final en La Manga del Mar Menor, los ciclistas afrontarán el primer puerto de fuera de categoría, el alto de Velefique, antes del día de descanso. En 2017 ya se subió esta ascensión que previamente había coronado a Hesjedal en 2009. La segunda semana comenzará con varias llegadas ratoneras, difíciles de controlar para los equipos de los hombres rápidos y en las que una fuga ganará opciones. La llegada a Rincón de la Victoria, tras el paso por Almáchar, el tradicional final en Valdepeñas de Jaén, o la meta de Córdoba tras coronar el alto del 14% formarán este tríptico. Un día después llegará la jornada más larga de la Vuelta -203 kilómetros- antes de dar paso a un fin de semana montañoso que comenzará con la larga ascensión a Pico Villuercas en tierras extremeñas y la exgiente jornada con final en El Barraco que llegará precedida por las ascensiones a la Centenera o el Puerto de Mijares.

La última semana comenzará tras un largo desplazamiento que llevará a la caravana ciclista a tierras cántabra para iniciar su propio Camino de Santiago. Los hombres rápidos podrían disponer de una de sus últimas oportunidades en la llegada a Santa Cruz de Bezana si superan el trayecto rompepiernas. Esa será la antesala de las dos grandes jornadas para escaladores de esta carrera que tendrán lugar en Asturias. Dos finales en alto con un recorrido previo similar en el que los favoritos puedan romper pronto la carrera. En el primero de ellos, un doble paso por la Collada Llomena preparará las piernas de los ciclistas antes de subir a los lagos de Covadonga.

El castigo no se detendrá ahí pues, al día siguiente, les espera la ‘debutante’ ascensión al alto del Gamoniteiro, previo paso del enlazado San Lorenzo, Cobertoria y Cordal. Aún habrá tiempo para acumular dureza puesto que, tras la jornada de Monforte de Lemos en la que la lucha por la fuga será enorme, el sábado aún deberán ascender al Castro de Herville de Mos en otra jornada sin un solo metro llano y donde deberán hacer los deberes quienes aún puedan dar un vuelco a la general. Cerrará la prueba una contrarreloj de 34 kilómetros, poca distancia en esta disciplina este año, que permitirá conocer al sucesor de Roglic en el podio, que este año no acogerá Madrid, sino Santiago de Compostela por la celebración del año Xacobeo.

 


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