Casi una década después ha quedado al descubierto la gran mentira. El libro ‘Wheelmen: Lance Armstrong, the Tour de France, and the Greatest Sports Conspiracy Ever‘ es el último golpe contra la credibilidad de Lance Armstrong. Escrito por Reed Albergotti y Vanessa O’Connell, ambos periodistas del Wall Street Journal, desgranan pasajes hasta ahora desconocidos sobre el dopaje sistemático que el ciclista texano realizó durante su etapa como ciclista, en los que incluso el cocinero del equipo estuvo implicado.
Tal y como confirma Sheryl Crow -la que fuera novia durante varios años de Armstrong y ya contamos en Ciclo 21– el dopaje era habitual en el US Postal Service. En uno de los capítulos del libro, la cantante norteamericana explica claramente un episodio relacionado con estas prácticas prohibidas: «En un traslado en autobús, el conductor fingió una avería en el motor. Con el vehículo parado -y rodeado de conos que simulaban el problema-, varios corredores se practicaron transfusiones de sangre en el suelo del mismo«, señala Crow. Fue en la edición 2004 en la que formaban parte del equipo los españoles Beltrán, Rubiera y Noval, testimonio que refrendó también Floyd Landis.
Albergotti, coautor del libro, tiene claro cuál fue el principal error de Armstrong: «La clave fue que se creía intocable, ninguna de las acusaciones durante años dañó su reputación. No pensó que una nueva lo haría, pero Floyd Landis podía contar más detalles y la gente le iba a escuchar más», aseguró. ‘Wheelman’ ahonda en los pormenores de las prácticas de dopaje de Armstrong, el mito caído que pasó de ser un gran héroe a uno de los grandes trampososo de la historia del deporte Mundial.