Xabier Zandio (Pamplona, 1977) ha decidido colgar su bicicleta al final de esta temporada y, con él, se marcha uno de sus hombres a los que la palabra gregario no solo les viene como anillo al dedo sino que, además, han trabajado, duramente, para engrandecer su acepción.
La trayectoria profesional del ciclista ha estado unida a dos de los equipos más poderosos del concierto internacional. Desde 2001 y hasta 2010 enrolado en la estructura del actual Movistar (en aquellas épocas iBanesto.com e Illes Ballears-Caisse d´Epargne) y, posteriormente, desde 2011, en las filas del conjunto británico Sky.
Zandio ha sido un hombre de equipo, esforzado y siempre pendiente de las necesidades de sus jefes de fila. Durante los dos últimos años, no consiguió formar parte del nueve de las grandes vueltas de Sky, pero con carácter previo era un fijo en al menos una de las tres citas anuales (su mejor puesto histórico es un vigesimosegundo en la edición del año 2005 del Tour y de 2006 de la Vuelta, todavía defendiendo los colores del Illes Ballears).
Por las propias características de Xabier, su palmarés no luce multitud de triunfos, destacando la Clásica de los Puertos de 2005, dos victorias en pruebas contra el crono por equipos, en el Giro de 2013 y en el Giro del Trentino de ese mismo año, y la general de la Vuelta a Burgos de 2008.
Aquella edición de la Vuelta a Burgos se disputó entre el 5 y el 9 de agosto y, como es habitual en la misma, se decidió en la última jornada, con la exigente subida a las Lagunas de Neila.
La prueba tuvo un claro color bielorruso durante la práctica totalidad de su disputa. De este modo, en la primera etapa, entre Medina de Pomar y Villarcayo, se imponía Andrei Kunitski, quien llegó en solitario a la meta, aventajando en 18 segundos al francés Loubet y en 21 a Zandio. El gran pelotón alcanzaría el final con 50 segundos de retraso frente al ganador del día, lo que le ofrecía, tanto a él como a su equipo, el Acqua & Sapone, un cómodo colchón en la clasificación general.
En la segunda etapa, con final en Miranda de Ebro, se cumplió el guion, y la victoria se dilucidó en una llegada masiva en la que el compatriota de Kunitski, Hutarovich vencía a otros velocistas como Poulhies y Vaitkus. La general no sufría cambio alguno.
La misma tónica se vivió en la tercera etapa, con final en Burgos, pero, en esta ocasión, la parroquia local pudo disfrutar de que uno de los nuestros alzara los brazos en la línea de meta. El vasco Koldo Fernández de Larrea, del Euskaltel, se adelantaba al holandés Van Dijk y al vencedor del día anterior. De nuevo, los hombres de la general no tuvieron que preocuparse de sus aspiraciones.
La penúltima jornada, con final en Aranda de Duero, continuó la línea de dominio de los equipos de los sprinters, manteniendo la carrera controlada para que sus hombres se batieran en duelo en la meta.
De nuevo, el bielorruso Hutarovich demostró hallarse en estado de gracia y venció a Vaitkus (que siempre estaba en la lucha pero si obtener la primera plaza) y al italiano Rigotto.
Con el mismo esquema de tiempos que el vivido en Villarcayo se alcanzaba la etapa definitiva, con final en las Lagunas de Neila. No se esperaba que el líder pudiera mantener su privilegiada posición y, por detrás, debido a las distancias, había un nutrido grupo de corredores que ansiaban alcanzar el maillot morado (entre ellos, lucían hombres como Juanjo Cobo, Dani Moreno, Stefano Garzelli o Purito Rodríguez).
El primer ataque duro de la jornada fue del cántabro Cobo quien, aprovechando el ascenso del Pasil de Rozavientos, a más de 30 kilómetros para la meta, intentó poner en jaque al Caisse d´Epargne. De aquéllas, tanto Kunitski como Loubet habían perdido contacto con el grupo cabecero y Zandio ejercía como líder virtual de la carrera, lo que imponía al Caisse d´Epargne la responsabilidad de dominar el ritmo de caza. No obstante, el equipo navarro supo controlar sus esfuerzos y redujo a Cobo antes de llegar a las Lagunas. El parón lo aprovechó Vázquez Hueso (del Contentpolis) para marcharse por delante y su aventura parecía que llegaría a buen puerto cuando, a falta de un kilómetro, disponía de casi medio minuto de adelanto con el grupeto.
Sin embargo, Cobo continuaba con buenas piernas y decidió demarrar. Nadie pudo seguir su ritmo y, en su avance, la diferencia de Vázquez Hueso se recortaba a pasos agigantados. El cántabro alcanzó en solitario la meta, seguido del héroe de la jornada, Vázquez Hueso, y del madrileño Dani Moreno. Zandio se presentó en meta, gracias al trabajo de Purito, a cuarenta y seis segundos, en un grupo en el que también se encontraban Íñigo Landaluze (Euskaltel) y Walter Pedraza (Tinkoff), que le acompañarían en el pódium final.
Curiosidades del destino, en 2016, la Vuelta a Burgos sería la ronda que le serviría de despedida del calendario español.
De Zandio se recordará, también, aquel segundo puesto en Pau, en el Tour de Francia de 2005, cuando, escapado con Pereiro vio cómo el gallego se imponía a él, Mazzoleni y a Evans en la línea de meta consolidando la fuga buena del día.