Aludido por segunda vez, Mario Zorzoli prefiere nuevamente mantener un perfil bajo. También en esta ocasión el médico de la Comisón Científica de la UCI es acusado, siempre por Michael Rasmussen, por haber sobreseído un valor sospechoso, haciendo la vista gorda al respecto.
Después de las primeras acusaciones, esta vez se habla del valor de la hormona LH, cuyo valor en el Tour de Francia 2005 aumentó repentinamente de 4,9 a 81, después de una inyección que Rasmussen confiesa haberse hecho la noche precedente al segundo test para estimular sus niveles de testosterona en vista a las exigentes etapas finales.
Según el relato del corredor, Zorzoli se presentó en la habitación del hotel de Rasmussen, donde se encontraba también el Dr. Van Mantgem, papel en mano para pedir explicaciones y, aún no recibiéndolas (ambos fueron bastante ambiguos), no tomó ninguna medida, acordando con Van Mantgem que después del Tour se realizarían más pruebas para encontrar el problema. El diálogo, según cuenta el danés se terminaría con Van Mantgen dicendo «no hemos hecho nada» a lo que Zorzoli respondió con un «Ok, pero no volváis a hacerlo…».
«Todo lo que puedo decir es que para tener sanciones debes tener un control antidopaje positivo -precisó Zorzoli a spaziociclismo- de hecho el LH no formaba parte de los exámenes por los cuales estaba prevista la sanción de «no salida en carrera».
Instalado en la sede de la UCI en Aigle (Suiza) desde hace años, Zorzoli ha recibido también la confianza de la nueva directiva y en los últimos tiempos ha estado a menudo en contacto con el Movimiento para un Ciclismo Creíble (MPCC), intentando contribuir a la causa.